Apenas el 3,5% del agua marina consiste en sales minerales disueltas, pero es una cantidad suficiente como para que afecte a nuestro cabello.
De entre estas sales, la más perjudicial para el cabello es la sal marina, que, cuando se cristaliza, reseca el pelo, lo apelmaza y en los peores casos, lo rompe. Y lo mismo ocurre con el cuero cabelludo, que se debilita por la acción de las sales y de la arena.
Por todo ello es importante proteger el cabello antes y después del baño.
Pero antes de explicar algunos consejos, hay que destacar que no todo es negativo en la relación del agua marina con nuestro cabello.
La deshidratación provocada por la sal puede venir bien a los cabellos más grasos, si bien no es recomendable que sea ésta la forma para combatir un pelo graso, pues los beneficios de la deshidratación terminan en cuanto el pelo pasa de graso a reseco.
Este primer beneficio puede ser dudoso, pero también encontramos otro derivado del yodo, abundante en el mar y en las algas, que suaviza, da volumen al cabello y calma las irritaciones que podamos tener en el cuero cabelludo.
Como vemos, el agua del mar ofrece ciertos beneficios al cabello, pero sólo si se aplica en pequeñas dosis, y bañarse en el mar no es precisamente una aplicación en pequeñas dosis. Para estos casos, es mejor seguir algunas recomendaciones.
Como no se cansan de recordarnos los informativos, en verano es fundamental hidratarse bien. Esto también se aplica al pelo, y especialmente si hay programado un día de playa.
Al lavado con champú y acondicionador hay que añadir la mascarilla, que hidrata nuestro cabello del mismo modo que la crema hidratante lo hace a nuestra piel. Usar la mascarilla y llevar el pelo húmedo hasta que nos metamos en el agua son las precauciones básicas para combatir los males del salitre en nuestro pelo.
Pero hay otra recomendación más que suele pasarse por alto. Como ya hemos comentado, el agua salada también reseca el cuero cabelludo. Para evitarlo es recomendable proteger el cuero cabelludo con el propio cabello, peinándolo hacia atrás y evitando los peinados con raya en medio, pues de este modo el cuero cabelludo queda más expuesto.
Los cabellos más largos pueden incluso peinarse en forma de trenza, lo que reducirá los enredos producidos por el baño. Para los recogidos, ya sea en trenza o en coleta, también se recomienda no usar horquillas ni gomas elásticas, pues al ser retiradas tras el baño pueden arrancar algunos pelos resecos. En su lugar, es mejor usar una goma de tela, más suave y fácil de quitar.
Y cuando salgamos del agua, lo primordial será aclararnos el pelo con agua dulce. Esto no suele ser fácil en las duchas de la playa, pues normalmente usan agua del mar, así que es recomendable acudir a la playa con una botella de agua del grifo.
El lavado post-baño eliminará buena parte de la sal y de la arena de nuestro cabello, pero si queremos que nuestro pelo empiece a recuperarse cuanto antes del efecto deshidratador del agua, lo más recomendable es usar protectores solares para el cabello y acondicionadores especiales.
También pueden servir trucos caseros, como rociarse con vinagre si tenemos el cabello moreno o con limón si lo tenemos más claro. No son trucos infalibles pero sí ayudan a que el pelo se rehidrate tras un baño playero.
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