Las boxer braids o trenzas de boxeadora están (muy) de moda. Su nombre no encierra mucho misterio: se llaman así porque son habituales, hoy y desde hace ya unas décadas, entre muchas deportistas, especialmente entre las que hacen movimientos explosivos y están en permanente acción, como las boxeadoras. La razón es puramente funcional: son trenzas muy densas y bien entrelazadas que permiten acumular mucho cabello y fijarlo cómodamente en la cabeza, lo que impide que el pelo se mueva junto con la deportista.
Una trenza bien construida, sin tiranteces pero con el trenzado firme, ayuda a proteger el pelo porque, básicamente, la parte exterior de la trenza actúa de barrera protectora del pelo interior. Esto puede parecer una ayuda mínima, pero no lo es.
Imagínate salir a la calle y atravesar un entorno cargado de partículas en suspensión a la espera de pegarse en tu pelo; arena, polvo, restos biológicos, humo de los coches… Y a eso súmale un foco de luz colosal apuntando directamente a tu cabeza. ¿Sientes cómo chisporrotea? ¡Pues eso es el verano para tu pelo! ¡Y ya está aquí!
El verano es así: polvo, humo, gotas de agua distraídas de alguien que regó las plantas en un balcón… y un sol achicharrante que no sólo te quema la piel, también el pelo. Es un ambiente peligroso para el cabello. Son demasiados agentes agresivos que suelen causar estragos: pelo deshidratado, pérdida de brillo, sequedad en el cuero cabelludo, grasa, suciedad. ¿A que ahora ves las trenzas, esa pequeña ayuda para proteger tu cabello, con otros ojos?
Pero, ¿sirven todas las trenzas? No todas, cuidado. Las boxer braids se caracterizan porque empiezan el trenzado muy cerca de la raíz, pero eso sí, sin que resulte demasiado tirante: es preferible que las trenzas no queden muy tensas desde el principio pues, si el cabello es muy largo, según avances se irán tensando. Una peinado muy tirante puede llegar a arrancar algunos pelos desde la raíz así que es preferible que duren menos a encontrarse con menos pelo que al inicio.
Otro punto importante desde el principio es valorar si tienes una cantidad suficiente de cabello y si tu pelo es duro y va a resistir la tracción. Si tu respuesta es doblemente negativa, piensa en otra cosa, como un recogido. El objetivo de las trenzas es acumular pelo en pocos puntos de la cabeza, pero, al mismo tiempo, no dejar demasiado cuero cabelludo expuesto o con muy poco cabello para protegerlo. En este caso las boxer braids son especialmente útiles, pues al limitar a dos el número de trenzas, los recogidos serán robustos, pero el pelo que quede entre las trenzas será abundante y supondrá una buena protección del cuero cabelludo frente a los agentes perjudiciales del entorno.
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