La alopecia areata es una enfermedad inmunológica. Esto quiere decir que las defensas del organismo cometen un error y atacan al propio pelo. El por qué ocurre esto, no se sabe.
Tenemos una serie de factores que influyen como son:
- el stress
- asociación con otras enfermedades autoinmunes
- dermatitis atópica
- vitíligo
- enfermedades del tiroides
Pero en definitiva no tenemos certeza de qué es lo que pone en marcha esta enfermedad y qué es lo que hace que se pare.
Los pacientes que tienen alopecia areata pueden tener una pequeña plaquita, como una moneda, que tal vez cure con mucha facilidad. O pueden tener grandes placas e incluso nada de pelo en todo su cuerpo, cabeza, cejas, pestañas…
Es diferente por tanto una alopecia en placa única o en múltiples placas, que una alopecia total o universal. El pronóstico es muy diferente y el tricólogo, el dermatólogo, necesita de todo su esfuerzo para intentar controlar este proceso.
Tenemos muchas herramientas desde:
- Tratamientos inmunológicos puros, como son los corticoides
- Sensibilizaciones con sustancias, como es la difenciprona
- Podemos pasar por fototerapia con radiaciones ultravioleta específicas
- También las opciones del minoxidil
- El láser de baja potencia
Todas estos elementos y herramientas son algo así como un abanico del que tenemos que ir tirando según el momento: unas veces uno y otras veces otro. Y el conjunto, la politerapia, a veces consigue recuperar ese pelo.
Por desgracia, algunos casos son insolubles pero incluso en esos momentos podemos recurrir a pelucas adecuadas a los pacientes, o a prótesis de pelo para las cejas que se pueden adherir manteniendo una imagen natural que hagan que el o la paciente puedan llevar una vida normal.
Cuando las pelucas están bien diseñadas se puede entrar en la piscina, ir al gimnasio, bailar…y en definitiva, intentar ser feliz!