Aunque no existe ninguna demostración científica que verifique que el cabello se caiga más en otoño o en primavera, sí es cierto y constatable que en estas épocas del año aumentan las consultas a los especialistas capilares o dermatólogos. Ya en los tiempos antiguos se decía que el hombre, al igual que los animales, mudaba el pelo con los cambios de estación.
La pérdida capilar que tienen lugar en otoño, a diferencia de la alopecia crónica, se caracteriza por una caída difusa y repentina que afecta al conjunto del cabello, dura una media de dos a tres meses y suele afectar más a las mujeres que a los hombres.

• Durante el verano, el cabello sufre mayor número de agresiones externas. Se producen mayores radiaciones ultravioleta en nuestro cuero cabelludo que el resto del año y éstas producen estrés local. Por tanto, la pérdida de cabello que algunas personas sufren al comenzar el otoño es consecuencia de cambios que han tenido lugar meses antes.

• Hay que señalar también que durante el verano los rayos solares aceleran el crecimiento y, como consecuencia de ello, los cabellos que llegan al final de su vida son más numerosos.
• Asimismo, los peinados tirantes y el cabello húmedo que se suele llevar durante la época estival pueden causar la rotura del tallo piloso y dar la sensación de mayor caída.
• Algunos científicos indican como causa los cambios endocrinológicos que se producen en esta época del año.
• También en primavera se observa un aumento de la pérdida de cabello, por lo que los factores climáticos podrían influir también.

¿Cómo frenar la caída?
Para ayudar a afrontar esta caída del cabello en otoño, se recomienda el uso de productos y tratamientos adecuados que fortalezcan los folículos pilosos haciéndolos más fuertes y evitando la caída de pelo. En el mercado se pueden encontrar diversos productos vitamínicos e IMD recomienda Carolvita, un complemento alimenticio que aporta los nutrientes necesarios para reparar y favorecer el crecimiento, así como vitaminas para lucir un cabello sano y con brillo.
Asimismo, es bueno seguir una buena alimentación que cuente con alimentos ricos en hierro, proteínas o ácido fólico. También es recomendable sanear las puntas y llevar una frecuencia correcta de lavado, utilizando champús y mascarillas adecuadas.