Cuando una persona experimenta acontecimientos trágicos, los primeros sentimientos que emergen en ella suelen ser de miedo, ira, incredulidad, frustración, confusión……para, posteriormente dar lugar a la tristeza.
Cuando alguien sufre la pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental, un abandono o similar siente una profunda tristeza.
Para manejarla debemos aprender a reconocer que se trata de un sentimiento de tristeza, para, después, comprenderla y saberla llevar.
¿En qué consiste el duelo emocional?
Se trata fundamentalmente de un proceso de adaptación, es decir, la persona que sufre duelo emocional tiene que recuperar el equilibrio a nivel emocional como consecuencia de la pérdida de alguien. Lógicamente, el proceso será más o menos fácil y/o rápido dependiendo de las circunstancias en las que se haya producido la pérdida, que tipo de relación nos ligaba con la persona, el tiempo de relación con dicha persona, si la pérdida se ha producido en circunstancias previsibles o imprevisibles, etc…
La persona necesitará tiempo, no sólo para restablecer el equilibrio emocional, como hemos comentado anteriormente, sino tiempo también para aprender a vivir con la ausencia de la persona. El tiempo estimado varía mucho dependiendo de las personas pero se establece como media unos dos años aproximadamente para que se adapten a la nueva situación.
Pero en una situación de duelo, las personas no sólo experimentamos tristeza, sino que afloran otras emociones, siendo las más frecuentes, las siguientes:
- Sentimientos de culpabilidad
- Enfado
- Ira
- Rabia
- Soledad
- Impotencia
- Confusión
- Cansancio
- Vacío
- Ansiedad
- Miedo
- Alivio
Además de todas estas emociones, las personas que están viviendo una situación de duelo emocional, también experimentan sensaciones físicas, pensamientos y conductas.
Por lo que respecta a las sensaciones físicas, suelen mostrarse:
- Mareos
- Ganas de vomitar
- Sensación de ahogo
- Vacío en el estómago
- Presión en el pecho
- Taquicardias
Entre los pensamientos destacarían:
- Incredulidad
- Irrealidad
- Notar la presencia del ser querido
- Alucinaciones visuales y auditivas breves y esporádicas
En cuanto a las conductas, las más habituales suelen ser:
- Llorar
- Guardar objetos pertenecientes a la persona ausente
- Apatía
- Desgana
- Soñar con la persona
- Alteraciones en el sueño
¿Qué podemos hacer para disminuir la tristeza y el sufrimiento provocados por la pérdida?
- Intenta desahogarte con diferentes personas, siempre que sea posible. De esta manera evitarás desbordarlas.
- No te sientas culpable si hay ocasiones en las que necesitas estar sólo, seguramente habrá otros en los que busques el apoyo de familiares y amigos.
- Evita tomar decisiones importantes en estos momentos de confusión.
- Puede ser de gran utilidad escribir tus sensaciones, pensamientos y sentimientos en un diario.
- No te sientas culpable por no sentir dolor o tristeza de forma constante. Debes permitirte ser feliz cuando así lo sientas.
- Siéntete bien contigo mismo, cuidando tu alimentación, tu descanso y practicando ejercicio físico.
- No deseches recuerdos u objetos de manera precipitada, quizá con el tiempo te puedas arrepentir.
- Recuerda a la persona ausente, al principio dichos recuerdos te causarán dolor, pero el tiempo irá transformándolo y mitigándolo.