La piel es el órgano más grande del cuerpo humano, por lo que sufre de forma masiva los efectos del estrés. Desde nuestro origen, en el útero materno, la piel y el sistema nervioso se desarrollan en la misma capa embrionaria. Es fácil entender, por tanto, que el estrés como respuesta natural del sistema nervioso afecte directamente al estado de nuestra piel.
Mirarse al espejo y sentir la piel de uno mismo durante unos instantes puede servir para detectar los siguientes cinco signos de la piel que delatan estrés:
1.- Aspecto cansado. El estrés conlleva episodios de insomnio en muchos casos. La falta de sueño y de descanso -efectos del estrés- se refleja de forma inmediata en la piel.
2. Piel seca o con grasa excesiva. Es común la aparición de espinillas y granos como uno de los efectos directos del estrés. Cuando el cerebro produce adrenalina y cortisol de forma incontrolada, estas hormonas estimulan el sistema de defensas y alteran la constitución normal de la piel. Incluso pueden aparecer episodios de acné.
3. Sensibilidad. Como efecto directo del estrés en nuestra piel, esta se vuelve vulnerable y sensible a cualquier agente externo ya sean factores meteorológicos o medioambientales, como la polución o la contaminación.
4. Picor insistente. El estrés libera neuropéptidos en muchas terminaciones nerviosas de la piel. El efecto directo es irritación en la dermis y sensación de prurito.
5. Pérdida del cabello y caspa. Como consecuencia del estrés, se alteran los ritmos de comidas y de sueño, lo que influye negativamente en la calidad del pelo. Las épocas de estrés continuo y profundo inciden directamente en la caída del cabello.
Si notas los efectos del estrés en tu piel y tu cabello, no dudes en contactar con nosotros. Nuestros médicos se pondrán a tu servicio.