Si normalmente os indicamos consejos para cuidar de vuestro cabello, hoy cambiamos radicalmente el punto de vista. Hoy hablaremos de aquellos hábitos durante el lavado del cabello y su puesta a punto que no hacen ningún bien, pero que, a veces por desconocimiento, a veces por la fuerza del hábito adquirido, se repiten día tras día.
Antes de responder a si es malo lavarse el cabello todos los días o no, cuestión que quita el tiempo a muchos de nuestros lectores, existe un hábito que es tan perjudicial como recurrente:
peinar el cabello mojado. Sí, es más fácil deslizar el peine si el pelo está mojado, y también es más rápido porque no hay que esperar a que se seque, pero también es más agresivo para el cabello. Tras la ducha,
el cabello mojado está debilitado, especialmente si la ducha fue con agua caliente, por no hablar de la dilatación de los poros del cuero cabelludo, y juntos –cabello debilitado y poros dilatados- aumentan el
riesgo de que el cabello se fracture o que al pasar el peine éste arranque el pelo.
Aquellas personas que tengan
cabello rizado estarán pensando que en su caso es más habitual encontrar cabello en el peine cuando se peinan el cabello seco, lo que es cierto, pero esto puede deberse a varias razones: primera,
el pelo mojado se apelmaza, de tal forma que al pasar el peine éste contacta con menos pelos; segunda,
el pelo mojado se lubrica, así que el peine resbala mejor, lo que evita tirones; y tercera,
el pelo seco rizado opone más resistencia al peine porque puede liarse, inconveniente que se soluciona haciendo que el peinado sea más habitual. Las dos primeras razones parecen positivas, pero no lo son: aunque el peine resbale más, el cabello está más débil, y si hay tirones,
casi siempre vas a arrancar el pelo, incluso el folículo piloso.
La recomendación es que
antes de peinarte, te seques el pelo con una toalla. Pero no con movimientos rápidos y agresivos –por cierto,
otro hábito perjudicial–, sino posando la toalla sobre la cabeza y dejando que
absorba la humedad. No es la práctica perfecta, pues insistimos en que hay que peinarse con el pelo cuando esté seco, pero sí que es menos perjudicial que aplicar el peine cuando el cabello todavía está goteando.
En cuanto a los peines,
el peine oficial que todos tenemos en la cabeza suele ser de plástico, tiene muchos dientes y éstos están casi juntos, sin apenas separación entre ellos. Esta imagen popular se debe a la
poca presencia que el cabello rizado y ondulado tiene en las pantallas de cine y en los anuncios, pues ese peine es el típico peine para cabellos lisos. Si tienes el pelo rizado, es posible que sepas, o deberías saber, que tu
peine ideal es de madera, que reduce la
electricidad estática y evita el efecto “volumen descontrolado”, que
tiene pocos dientes y que estos
están más separados que el peine ideal que hemos descrito.
Si no tienes el pelo liso, no uses peines para cabellos lisos.
¿Qué ocurre con lavarse el pelo todos los días: es malo, bueno, indiferente? Pues depende. El
uso de champús neutros a diario no tiene por qué ser perjudicial en general, pues
limpia la grasa que el propio cabello genera
y la contaminación y suciedad que se quedan pegadas al cabello al caminar por la ciudad. Además,
si tienes el pelo graso, es especialmente positivo que te laves el pelo a diario, pues de esta forma reducirás la grasa. Pero si hablamos de
champús especiales, como los
fungicidas para los hongos, los
anticaspa, los de
cabellos teñidos o aquellos más
agresivos, lo mejor es alternar el lavado, bien porque haya que dejar actuar el producto, bien porque son demasiado agresivos como para un uso continuado.