La acción de cepillarse el cabello dos veces al día, normalmente una por la mañana y otra antes de acostarse, produce importantes beneficios a nuestro pelo, aunque debe hacerse de la forma adecuada. En contra de la creencia de que cepillarse favorece su caída, entre sus ventajas están la de proporcionar brillo, estimular la circulación y limpiar de suciedad y células muertas.
Se trata de una tarea que puede parecer sencilla, aunque conviene seguir una serie de consejos para que se obtengan los resultados esperados:
– Es conveniente cepillarse con el pelo seco, ya que si está mojado es más fácil que se rompa.
– Si nuestro cabello tiene tendencia a enredarse, es recomendable usar un acondicionador, que nos permitirá tener un pelo más suelto que después será más fácil de cepillar. Si por alguna circunstancia debes desenredar tu cabello al salir de la bañera, usa un peine de dientes largos.
– Cepíllate de forma suave, sin tirones. Comienza por las puntas y ve subiendo progresivamente hasta las raíces. Cuando llegues a ellas, no te cepilles con demasiada energía, ya que podrías estimular las glándulas sebáceas y, por tanto, aumentar la grasa capilar.
– Elige el cepillo que mejor se adapte a las características de tu cabello. Lo más recomendable es utilizar cepillos planos para cabellos largos y lisos; cepillos de púas anchas para cabellos rizados, y cepillos de púas compactas para cabellos cortos.
– No olvides cuidar y limpiar los cepillos: una vez al mes introdúcelos en agua caliente con una gotita de producto antigrasa y déjalos así unas horas.