El colágeno es una proteína que está presente en varias partes del organismo, pero muy especialmente en las uñas y en el cabello. Se parece mucho a la queratina, pues ambas son proteínas que forman parte del cabello. De hecho, a nivel básico son muy, muy parecidas, pues sus funciones con casi las mismas: mantienen el pelo fuerte, resistente y brillante.
Para empezar, el cabello está formado por colágeno, queratina y, en menor proporción, otras proteínas y sustancias, pero la parte principal del cabello es queratina y colágeno. Ambas proteínas son generadas por el organismo de forma natural, pero a partir de los 25-30 años, el cuerpo reduce la producción de estas proteínas y, en consecuencia, pueden surgir algunos problemas visibles. Si la alimentación es la adecuada, con muchas verduras verdes, huevos y lácteos, esta pérdida no tiene por qué notarse al principio –aunque se hará evidente con el paso de los años–, pero si no, el cabello va a dar pistas de que algo va mal. Cuando tenemos el cabello estropeado, con las puntas abiertas, sin brillo y pelo sin cuerpo, muchas veces buscamos una causa externa cuando en realidad la causa está dentro de nuestro organismo y tiene que ver con la pérdida de colágeno.
Piensa en tu pelo como si fuera un hilo de lana. Si está sano, el hilo mantendrá todas las pequeñas hebras de las que está compuesto bien juntas, fuertes y formando un único hilo que puede doblarse y estirarse sin que ninguna hebra se rompa. Ahora piensa en otro hilo, con las hebras mucho más finas y menos unidas, incluso con alguna punta que se ha separado del hilo y asoma solitaria. Doblas el hilo y aparecen más puntas rotas; estiras el hilo y te quedas con alguna hebra especialmente débil.
El primer hilo de lana tiene la cantidad que necesita de colágeno; el segundo lo está pidiendo a gritos. Si tu cabello está débil, mate, con las puntas abiertas y seco, es probable que necesites colágeno. (Es probable, pero no seguro: lo mejor es que, si tienes un cabello como el descrito, consultes con tu dermatólogo).
Si buscas mejorar el colágeno de tu cabello, IMD te ofrece un producto especialmente diseñado para conseguirlo: la Mascarilla colágeno IMD.
La Mascarilla colágeno IMD contiene colágeno hidrolizado para su fácil absorción a través del cabello. Su efecto puede imaginarse muy rápido si volvemos al ejemplo del hilo de lana. Aplicas la Mascarilla colágeno IMD a ese hilo de lana debilitado y con las hebras sueltas, y la película de colágeno hidrata y engrosa las hebras para hacer un hilo mucho más resistente y brillante.
El modo de empleo no tiene misterio: aplicar un poco de producto sobre la mano –y un poco es un poco, pues la fórmula es concentrada y es eficaz incluso en pequeñas cantidades–, y extender sobre el cabello húmedo. Dependiendo de las necesidades del cabello, habrá que usarlo con mayor o menor periodicidad. La respuesta a esta cuestión la tiene tu dermatólogo.
No es la función principal de la Mascarilla colágeno IMD, pero uno de sus beneficios es que potencia el volumen capilar. La explicación es sencilla: al conseguir un cabello más fuerte y resistente, el pelo no sólo se vuelve más grueso, lo que aporta volumen, sino que, al ser más fuerte, aguanta mejor el peso de la gravedad y ya no se desparrama lacio sobre la cabeza. Es un efecto secundario de la mascarilla, pero muy valorado por quienes usan el producto, y muy especialmente por mujeres que lucen melenas lisas sin mucho volumen.
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