¿Cuándo usar mascarilla además de champú?

La mascarilla es uno de los productos capilares que más dudas despierta. Se sabe que hidrata, que es un

producto más potente que el acondicionador y que por eso no hay que usarlo a diario. Pero poco más. En este post te explicaremos qué es y cuál es la mejor forma de utilizar una mascarilla.
Una mascarilla es un producto concentrado que sirve para hidratar y reparar. Hasta aquí se parece al acondicionador, que tiene unos objetivos parecidos, pero la mascarilla es un producto concentrado, pensado no tanto para el tratamiento diario sino para hacer frente a problemas más graves, como cabellos secos o puntas abiertas.

La mascarilla repara el cabello dañado y lo protege de agresiones externas, especialmente de aquellas que pueden provocar su deshidratación, como el sol o, los cambios bruscos de temperatura o los tintes abrasivos.

Malos usos de la mascarilla

La mascarilla es especialmente habitual en los tocadores de personas que usan, o abusan, de planchas y tenazas, y también de tintes. La mascarilla es como las sales de frutas después de una comida copiosa: primero se abusa de los electrodomésticos capilares o de los tintes y luego, para compensar, se utiliza la mascarilla. Esto no es un buen uso de la mascarilla. Y no porque no haga su efecto, al contrario, pues el pelo dañado se verá muy beneficiado del uso de la mascarilla, sino porque es un parche a una situación dañina: el pelo dañado recuperará algo de vigor, pero sólo en la superficie, pues el uso continuado de tintes abrasivos y de planchas seguirá estropeando el cabello. La solución para evitar el malestar digestivo después de una comida demasiado abundante no es la sal de frutas, sino no comer tanto. (Eso sí, esto es más fácil escribirlo que hacerlo).

Otro mal uso de la mascarilla tiene que ver con su aplicación. Es muy popular la idea de que la mejor forma de usar la mascarilla es extendiéndola sobre la cabeza y dejar que actúe. Los fabricantes recomiendan que no pasen más de 10 o de 15 minutos antes del aclarado, pero lo cierto es que es habitual que se deje actuar el producto mucho más tiempo del recomendado, incluso durante horas.
Tener el pelo húmedo durante mucho tiempo es perjudicial para el cabello y, si estamos en invierno, una llamada directa al resfriado. Es perjudicial para el cabello porque la mascarilla es un producto graso, y si se deja en el cabello durante mucho tiempo esta grasa no se irá del todo con el aclarado, sino que se quedará en el cuero cabelludo. Por esto mismo se insiste también en usar la mascarilla sólo en las puntas o, si se tiene el pelo corto, utilizar muy poco producto.
Es posible que, al dejar mucho tiempo la mascarilla en el pelo, veamos que tenemos el pelo más hidratado y que cuesta menos peinarlo, pero esto no es tanto porque la mascarilla esté funcionando como porque en realidad lo que vemos es el brillo de la grasa de la mascarilla y la facilidad al peinarse viene de ahí, de un pelo resbaladizo por efecto de esa grasa. Si la mascarilla se llegara a secar en el cabello, los residuos ensuciarían el pelo y habría que volver a lavarlo.

Una mascarilla para cada caso

En conclusión, la mascarilla es un producto muy útil para proteger y reparar el cabello dañado, pero es importante entender que es un producto concentrado y que tiene que usarse del modo correcto. Y algo más: que hay una mascarilla para cada problema. Antes de comprar una, investiga tu problema y escoge la que mejor se adapte a tu caso particular, ya sea una mascarilla de colágeno o una casera.