Con la llegada del cambio de hora en noviembre, los días se acortan, las noches se hacen más largas y la luz natural se convierte en un bien escaso. A muchos nos afecta este cambio sin que nos demos cuenta: nos sentimos más cansados, más apagados, y en ocasiones incluso tristes. Este fenómeno, conocido como depresión estacional, no solo influye en nuestro estado de ánimo, sino también en nuestra salud física… y sí, también en nuestro cabello.
Durante los meses con menos luz solar, es común notar una mayor caída capilar, una pérdida de brillo o incluso una sensación de cabello más débil. Pero ¿por qué ocurre esto? ¿Qué tiene que ver la falta de luz con la caída del cabello? En este artículo te lo explicamos y te contamos cómo desde Clínicas Capilares IMD podemos ayudarte a recuperar la vitalidad de tu cuero cabelludo y el bienestar que la oscuridad del invierno tiende a apagar.
La falta de luz y su impacto en el estado de ánimo
La luz solar es mucho más que una fuente de energía: regula nuestro reloj biológico y activa la producción de serotonina, la conocida “hormona de la felicidad”. Cuando la exposición a la luz disminuye, los niveles de serotonina bajan y aumenta la melatonina, la hormona del sueño. El resultado es un desequilibrio emocional que puede derivar en síntomas de depresión estacional, como falta de energía, irritabilidad o apatía.
Estos cambios hormonales no solo alteran nuestro ánimo, sino que afectan a procesos biológicos como la circulación sanguínea, el metabolismo o la renovación celular. Y aquí es donde entra en juego el cabello.
Depresión estacional y caída del cabello: una conexión invisible
La depresión estacional no se limita al estado de ánimo: tiene efectos directos sobre el cuerpo. Uno de los más visibles, aunque a menudo ignorado, es la caída del cabello.
Cuando atravesamos periodos de tristeza o ansiedad, el cuerpo activa una respuesta de estrés fisiológico. Esta respuesta incrementa la producción de cortisol, la hormona del estrés, y altera el equilibrio de otras hormonas esenciales para el crecimiento capilar. El aumento prolongado del cortisol puede provocar una vasoconstricción —es decir, una reducción del flujo sanguíneo— que impide que los folículos pilosos reciban el oxígeno y los nutrientes necesarios.
Como consecuencia, el cabello entra antes de tiempo en su fase de caída (telógena), lo que da lugar a una pérdida capilar más notable. Este fenómeno se conoce como efluvio telógeno emocional, y suele manifestarse unas semanas después del episodio de estrés o tristeza.
Además, la depresión estacional altera los hábitos cotidianos: muchas personas reducen su actividad física, duermen más horas o modifican su alimentación, lo que también influye en el equilibrio del cuero cabelludo. Una dieta menos variada o rica en azúcares y ultraprocesados puede disminuir los niveles de hierro, zinc o vitamina D, todos ellos esenciales para mantener un cabello fuerte y sano.
La vitamina D, en particular, merece una mención especial. La producimos principalmente gracias a la exposición solar, por lo que en los meses de menos luz los niveles suelen caer. Diversos estudios han demostrado que esta vitamina influye en la regeneración de los folículos pilosos, y su déficit puede agravar la caída capilar.
Por otro lado, el impacto emocional de ver el cabello caer puede agravar el cuadro de depresión. Entramos así en un círculo difícil: el estrés y la tristeza provocan caída, y la caída genera más estrés y preocupación. En Clínicas Capilares IMD sabemos que detrás de cada caso de caída capilar hay una historia y un estado emocional, y por eso nuestros tratamientos no solo buscan regenerar el cabello, sino también ayudar a nuestros pacientes a recuperar la confianza y el bienestar personal.
La falta de luz también afecta la producción de colágeno
La luz solar no solo regula nuestro estado de ánimo, sino que influye directamente en la producción natural de colágeno, una proteína fundamental para mantener un cabello fuerte y elástico. De hecho, como contamos en nuestro anterior artículo sobre cómo la falta de luz influye en la salud de tu cabello, la disminución de horas de sol puede reducir la capacidad del cuero cabelludo para generar colágeno de manera natural, lo que contribuye a un pelo más débil y con menos vitalidad.
Por eso, el cambio de hora no es un simple ajuste del reloj: es un cambio que nuestro cuerpo y nuestro cabello sienten.
Cómo cuidar tu cabello en los meses con menos luz
Aunque la falta de luz y el frío pueden afectar a la salud capilar, existen formas eficaces de contrarrestar sus efectos. La clave está en reactivar la microcirculación, nutrir el folículo y estimular el crecimiento capilar. En Clínicas Capilares IMD contamos con tratamientos personalizados diseñados precisamente para eso.
Regeneración capilar: recuperar la fuerza desde la raíz
Este tratamiento estimula el folículo piloso y mejora la densidad del cabello gracias a la activación biológica de las células madre del cuero cabelludo. La regeneración capilar ayuda a reactivar la producción natural de colágeno y elastina, reforzando el cabello desde su origen y previniendo su caída.
Indiba capilar: tecnología avanzada para revitalizar tu cuero cabelludo
La terapia Indiba capilar utiliza radiofrecuencia regenerativa para mejorar la circulación y oxigenación del cuero cabelludo. Gracias a su efecto térmico profundo, favorece la nutrición del folículo, estimula el crecimiento y mejora la calidad del cabello. Además, ayuda a aliviar la tensión muscular y el estrés local, factores que suelen acentuarse durante los meses de depresión estacional.
Mesoterapia capilar: nutrición directa y efectiva
A través de microinyecciones de vitaminas, aminoácidos y factores de crecimiento, la mesoterapia capilar proporciona al folículo todos los nutrientes que necesita para regenerarse y fortalecerse. Es ideal para personas con alopecia estacional o pérdida difusa que buscan recuperar la densidad capilar de manera segura y visible.
Tratamientos anticaída personalizados
En Clínicas Capilares IMD, sabemos que no existe una única solución universal. Cada tipo de alopecia tiene su causa y su tratamiento específico. Por eso, realizamos un diagnóstico capilar gratuito, analizando el cuero cabelludo y el ciclo del cabello para recomendar el plan más adecuado para cada caso.
Recuperar el bienestar empieza por cuidarte
El cabello no es solo una parte estética de nuestro cuerpo: es también un reflejo de cómo nos sentimos. Cuando atravesamos una etapa de cansancio, tristeza o estrés, el cabello puede volverse más frágil, quebradizo o comenzar a caer. Por eso, cuidarlo no es una cuestión superficial, sino una forma de recuperar equilibrio y bienestar.
Dedicar un momento a tu salud capilar puede ser también un acto de autocuidado emocional.
La luz volverá, como siempre, pero mientras tanto, puedes ayudar a tu cabello (y a ti) a sentirse mejor.
IMD, especialistas en salud capilar durante todo el año
En Clínicas Capilares IMD entendemos que cada cabello cuenta y que detrás de cada caída hay una historia diferente. Por eso acompañamos a cada paciente con empatía, profesionalidad y la tecnología más avanzada en el cuidado capilar.
Nuestros especialistas combinan tratamientos como la regeneración capilar, la terapia Indiba, la mesoterapia capilar y los programas de mantenimiento estacional para ayudarte a recuperar la fuerza, la densidad y la confianza.
La falta de luz no tiene por qué apagar tu cabello. Deja que nuestros expertos te guíen para devolverle la vitalidad que merece.
Un nuevo comienzo para ti y para tu cabello
En Clínicas Capilares IMD te ayudamos a que tu cabello refleje lo mejor de ti, incluso en los meses más grises.
Porque cuidar de tu cabello también es cuidar de tu estado de ánimo.
Pide tu primera cita con valoración gratuita y descubre cómo nuestros tratamientos pueden ayudarte a recuperar la fuerza, la salud y la confianza.


