La angustia es sentir miedo pero sin saber decir a que se tiene o siente ese miedo. Tanto el miedo como la angustia son respuestas adaptativas necesarias para la supervivencia.
Una respuesta que en principio es adaptiva y favorable al individuo, puede llegar a convertirse en desadaptativa cuando aumenta tanto la intensidad como la frecuencia de la misma, de tal manera que si se hace crónica, hablamos de un trastorno de ansiedad.
La ansiedad se puede producir de dos formas: de manera permanente o intercalada con periodos de normalidad.
Clasificación de los trastornos de ansiedad:
- Ataque de Ansiedad: Consiste en un cuadro de ansiedad, de máxima intensidad cuya aparición es repentina. El paciente no manifiesta síntomas previos a la aparición del ataque y piensa que se va a morir porque no entiende que es lo que le está pasando. Los síntomas corporales de un ataque de ansiedad suelen ser: taquicardia, opresión en el pecho, sudor, palpitaciones, sensación de ahogo, respiración acelerada, nauseas, dolor abdominal, sensación de hormigueo o entumecimiento de las extremidades superiores e inferiores, miedo a morir o a volverse loco. El episodio suele durar unos pocos minutos pero puede prolongarse varias horas.
- Trastorno por Ansiedad Generalizada, se suele caracterizar por síntomas más leves pero persistentes del ataque de ansiedad. Normalmente el paciente suele notar palpitaciones, diarrea, sudor, temblor, dificultad para poder hablar. Es bastante habitual que el paciente presente una combinación del Ataque de Ansiedad y el Trastorno de Ansiedad, es decir, que sufra un episodio repentino y que, posteriormente a este, se muestra alerta ante cualquier estímulo (salir a la calle, utilizar transporte público, etc….). Para poder realizar un diagnóstico de este trastorno es necesario que el paciente lo haya padecido la mayoría de los días, durante no menos de 6 meses, al menos tres de los síntomas citados anteriormente.
- Fobias, se trata de respuestas ansiosas desproporcionadas frente a un estímulo concreto, como puede ser: viajar en avión, a los insectos o animales, a padecer enfermedades graves, a salir a la calle, a espacios cerrados, etc….Entre las fobias, debemos destacar las siguientes:
- Agorafobia, se trata de una respuesta de ansiedad a los espacios abiertos o a aquellas situaciones en las que la huida es difícil. Las personas que sufren este tipo de fobia, al temer sufrir un episodio, acaban por recluirse en casa sin salir.
- Fobias simples, se trata de miedo a estímulos específicos, como por ejemplo, a las arañas (aracnofobia), al agua (hidrofobia), a la sangre (hematofobia). Las fobias específicas o simples se caracterizan por ser miedos irracionales y excesivos que aparecen y desaparecen según la presencia o ausencia del estímulo aversivo. Cuando el estímulo objeto de la fobia está presente, la persona respuesta con un cuadro de ansiedad, desapareciendo este cuando lo hace dicho estímulo.
- Fobias sociales. Es el miedo que presenta una persona cuando se encuentra alrededor o se siente observado por otras personas. Se trata de una fobia que puede aparecer de manera brusca, cuando por ejemplo, la persona ha sufrido una situación humillante o incómoda por parte de terceros o, bien, de forma paulatina.
- Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT). Es un trastorno que se produce cuando la persona ha sufrido de forma real un acontecimiento o episodio en el que su vida ha corrido peligro y, aunque se trate de un episodio aislado, la experiencia es revivida en forma de pesadillas y miedos. También se considera como suceso traumático las catástrofes naturales, las violaciones, accidentes y/o enfermedades mortales, torturas, secuestros….La principal respuesta al evento traumático es volver a experimentar dicho suceso en forma de pesadillas, recuerdos y malestar psicológico al pensar o enfrentarse a situaciones o acontecimientos parecidos. Puede aparecer una incapacidad para recordar determinados detalles del trauma, un desinterés por las actividades que antes resultaban placenteras, desapego afectivo, sensación de un futuro. Suele aparecer de forma aguda y a cualquier edad, inclusive en la infancia. Dichos síntomas deben prolongarse como mínimo durante un mes porque si no es considerado como un Trastorno por Estrés Agudo.
- Trastorno por Estrés Agudo, consistiría en lo mismo que en el TEPT, pero cuyos síntomas tienen una duración inferior al mes. Los síntomas más comunes suelen ser disminución en la expresión de los sentimientos, incapacidad o dificultad para recordar el acontecimiento traumático y despersonalización. Hay una alta probabilidad de que las personas que sufren este trastorno terminen desarrollando un TEPT.
- Trastorno de Ansiedad Inducido por Sustancias. En este caso, la persona presenta síntomas ansiosos como consecuencia del consumo de sustancias (drogas o medicamentos). Los síntomas deben persistir después de un periodo de abstinencia de más de un mes. Suele tratarse de un trastorno transitorio que desaparece una vez que la sustancia ha sido metabolizada y se ha restaurado el equilibrio fisiológico del organismo. Normalmente, las sustancias cuyo consumo producen la aparición de dicho trastorno son el alcohol, la cocaína, las anfetaminas y sus derivados, alucinógenos y cannabis.
- Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Las obsesiones son pensamientos, ideas, sensaciones o sentimientos recurrentes que producen una gran ansiedad. Las personas los perciben como ajenos a su control aunque son conscientes que son productos de su mente. Las compulsiones más habituales son las relacionadas con la limpieza, la higiene personal, las comprobaciones, el orden y los actos repetitivos. Suele tratarse de un trastorno muy invalidante por la gran inversión de tiempo que la persona realiza en el objeto u objetos de obsesión.
TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD
Durante el ataque de ansiedad se suele administrar medicación ansiolítica o tranquilizante para aliviar toda la sintomatología que presenta el paciente. Posteriormente el tratamiento medicamentoso se debe completar con terapia psicológica, fundamentalmente con técnicas cognitivo-conductuales, como pueden ser las técnicas de relajación y los ejercicios de respiración (que son fundamentales para aliviar el miedo y la ansiedad anticipada), la exposición al estímulo aversivo, la desensibilización sistemática.
También es recomendable realizar terapia grupal y familiar que ayudará a que las diferentes personas que forman parte de la vida del paciente de adapten a las diferentes dificultades psicosociales que lleva asociado el trastorno.
La combinación de ambos tratamientos es efectivo en el 80-90% de los pacientes, observándose una mejoría significa aproximadamente a las 8 semanas después de iniciarse el tratamiento.