Los días de lluvia son más disfrutables cuando sabes que ese paseo bajo el agua terminará en una sala acogedora. La lluvia, te guste o no, tiene eso: te hace pensar en un estado de bienestar que no tardará en llegar… Salvo que tengas el pelo largo. Si tienes melena, ni siquiera una cabaña en la montaña con chimenea va a hacer que pasear bajo la lluvia merezca la pena. Cuando estés escuchando el crepitar de la lumbre, tu pelo estará bufado (o con frizz) y pidiéndote que hagas algo. ¿Cómo evitarlo? Respuesta sencilla. ¿Cómo evitarlo sin tener que cortar? ¡Sigue leyendo!
El pelo cambia por la humedad haya o no lluvia. Es un proceso químico. Nuestro cabello, que es básicamente queratina, reacciona ante el agua del aire, lo que llamamos humedad, y el resultado es ese rizado poco definido que conocemos como encrespamiento o frizz. Es inevitable: cuanto más pelo expongamos al contacto del agua en suspensión, más pelo se rizará.
Los peinados para el mal tiempo buscan dos objetivos: primero, reducir la exposición de pelo al aire y, segundo, crear peinados con cierta tensión en el cabello para impedir así que el pelo se pueda encrespar o, que si finalmente se encrespa, que se note poco.
Hemos ordenado las siguientes ideas por dificultad, de más fácil a más difícil.
Es la solución más sencilla: una goma de tela –ya sabéis que hay que evitar las de goma sin recubrimiento porque tienden a llevarse unos cuantos pelos de recuerdo–, un giro de muñeca y ya está. Pueden ser coletas altas, comunes entre deportistas porque el pelo no cae a los hombros y no molesta, o bajas, algo más estilizadas.
¿Cuál de las dos formas de hacer la coleta es mejor para luchar contra la humedad? Depende de la tensión. Por regla general, la coleta baja necesita menos tensión que la alta, pues la baja muchas veces se limita a recoger el pelo en una goma, mientras que la alta sí moviliza más cantidad de pelo y obliga a tirar de él. La coleta alta gana en este caso. Eso sí, cuando te hagas la coleta, recuerda no pasarte con la tensión, pues puedes arrancarte el pelo. La solución para esos pelos que quedan sueltos no es estirar y estirar, sino recurrir a las siempre útiles horquillas.
Categoría trampa. El clásico moño a lo calcetín, que se consigue rápidamente gracias a esos aros que se venden en cualquier sitio, es sencillísimo, pero el mundo de los recogidos puede plantear un reto a cualquiera.
Aquí nuestra receta contra el encrespamiento no está relacionada con la tensión, como en el caso de las coletas, sino con recoger la mayor cantidad de pelo posible para evitar que entre en contacto con el aire húmedo. Con esta idea, cualquier recogido que reúna cabello en la parte superior de la cabeza nos servirá para este propósito. Usaremos para ello un sinfín de complementos: horquillas, diademas, cintas, pañuelos o redecillas.
La categoría maestra. Es cierto que las trenzas pueden añadirse a un recogido –un recogido con trenzas es siempre elegante–, pero son tan complicadas que merecen una categoría propia. Las trenzas evitan la humedad mejor que las coletas y los recogidos porque precisamente combinan lo mejor de cada tipo de peinado: hay tensión y también se recoge el pelo.
Las mejores trenzas para evitar la humedad son aquellas que se enroscan en la cabeza, no las que parecen coletas más elaboradas (una especialmente popular es la cola de pez o de pescado). Si sólo hiciéramos la trenza y la dejáramos caer, el efecto antihumedad sería incompleto, pues habría mucho pelo en contacto con la humedad del aire. Para evitarlo hay que sumar ambas técnicas: trenza y recogido. Las bóxer braids son también un buen recurso.
Hablamos de la gente con verdadera prisa. En estos casos lo mejor es optar por una prenda que cubra la mayor parte del cabello. Las opciones más estilosas, como las gorras con visera, son estéticamente adecuadas, pero deficientes en nuestro objetivo de evitar el encrespamiento porque dejan mucho cabello expuesto. Una solución podría ser recoger todo el cabello posible y ponerlo bajo la gorra, lo que automáticamente nos elimina la categoría de viseras pequeñas y con poco hueco. Los sombreros serías más adecuados.
Una opción mejor en el campo de la protección, pero mucho peor en el campo del estilo, son los gorros de invierno que, al ser elásticos, pueden guardar más cabello en su interior. Calientes y antihumedad, perfectos. ¿Buscas algo más completo? Entonces atrévete con los gorros con orejeras tan comunes en los parajes más fríos.
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