El cuidado del cabello en pacientes oncológicos

ENTREVISTA A MERCHE QUIJORNA, ESPECIALISTA CAPILAR DE IMD

¿Qué pasa con el cabello en pacientes oncológicos?

Los tratamientos de quimioterapia que se emplean para la resolución de cuadros oncológicos dan lugar a una serie de efectos secundarios sobre la piel y el cabello con una gran repercusión en la calidad de vida y, en consecuencia, en el proceso de curación del cáncer.

Los efectos secundarios que experimenta el pelo (cabello, cejas, barba y pestañas) son quizás los más importantes por su presencia aguda y por la importante modificación corporal que sufre el paciente entre otros cambios físicos producidos por la terapia instaurada. Sin duda, el efecto más importante es la alopecia.

Existen dos tipos fundamentales de alopecia en estos pacientes. Una de ellas es la provocada por la quimioterapia y generalmente es transitoria, recuperando el cabello meses después de finalizar la terapia. La otra es la alopecia inducida por radioterapia, que en ocasiones puede llegar a ser irreversible debido a la acción que ejerce destruyendo los folículos pilosos.
En la alopecia provocada por tratamientos de quimioterapia, la caída de cabello se presenta entre la primera y la octava semana tras la primera aplicación y generalmente es una alopecia reversible. Conviene saber que hay casos en los que las características del nuevo cabello pueden variar respecto al original en cuanto a textura y color del mismo.

¿Qué soluciones hay a su disposición?

Las pelucas son la mejor opción cuando hay pérdida de cabello. Es la alternativa más habitual para la caída del cabello en procesos oncológicos.
Es recomendable que el paciente se asesore para su creación y uso en centros especializados como nuestros centros de Instituto Médico Dermatológico. Conviene hacerlo con anterioridad al inicio del tratamiento, ya que la información y anticipación del problema le van a ayudar a su resolución y a evitar el impacto psicológico de encontrarse cabellos en gran cantidad en la almohada y en el peine.

Un cambio de imagen supone un trastorno estético, pero lo más importante es el serio problema psicológico que puede llegar a representar. Lo ideal es que la peluca sea de pelo natural y a medida. Se fabrican utilizando materiales totalmente hipoalergénicos, sobre una base delicada transpirable y transparente, permitiendo al paciente conservar el mismo color, textura y densidad que su cabello sin producir ningún cambio estético. Al ser a medida no se mueven y se evita el miedo de que pueda deslizarse o caerse. Pero también se pueden utilizar pelucas estándar o sintéticas. Si por el contrario el paciente desea un cambio de estilo, podemos asesorarle en cuanto a corte, color, etc.
Asimismo, en Instituto Médico Dermatológico disponemos de cejas de cabello natural que se adhieren con unos adhesivos especiales e hipoalergénicos y que nos permite conservar y mantener nuestra imagen anterior.
Si por el contrario el paciente decide no utilizar peluca tras la caída del cabello, se debe tener en cuenta que la piel del cuero cabelludo no está acostumbrada a la exposición solar y, por tanto, hay que llevarla siempre protegida, mediante gorros o pañuelos de micro fibras y sin costuras para evitar que la piel se irrite.

¿Cómo pueden cuidarse en esta situación?

Existen unos cuidados para antes, durante y después del tratamiento.
Antes del tratamiento, es necesario informar y aconsejar al paciente sobre los efectos secundarios y colaterales que puede sufrir. Cuando a un paciente se le diagnostica un cáncer, son muchas las preguntas que se hace sobre las repercusiones físicas por las cuales va a tener que pasar (cansancio, mareos, vómitos) y los habitualmente temidos sobre el pelo y la piel. Estos efectos secundarios varían en función de la dosis y de la duración del tratamiento. La información y la elección de la peluca es una actuación que se debe hacer antes del inicio del tratamiento.
Durante el tratamiento, existen unos consejos para tratar el cabello que se va perdiendo, como es el utilizar un champú neutro que no irrite la piel y al lavarlo y cepillarlo, hacerlo de forma suave. Se debe evitar la utilización de cualquier tinte, ya que la piel se vuelve muy sensible. No usar rulos ni horquillas ni rizadores ya que dañan el cuero cabelludo y favorecen la caída del cabello. Asimismo tampoco se deben usar lacas ni espumas fijadoras, ya que estas también favorecen la caída. Una vez que el cuero cabelludo está desnudo de pelo, se deben emplear cremas hidratantes con factor de protección solar alta, ya que con ello se disminuye la aparición de una dermatitis.
Después del tratamiento, se deben continuar con los cuidados anteriormente dichos hasta que el cabello empiece a crecer.

¿Cómo se trabaja con la piel y el cabello?

La piel es el órgano más grande del cuerpo y es uno de los órganos en los que se produce uno de los efectos secundarios, ya que se resecará con mayor facilidad. Por eso es preciso mantener una correcta higiene utilizando jabones neutros, aclarando muy bien, sin friccionarla y secando suavemente. Una buena hidratación nos ayudará a prevenir la sequedad y, por tanto, la irritación y posibles picores. Es aconsejable hacerlo dos veces al día con cremas ricas en manteca de karité y mango, rosa mosqueta, aloe vera, etc.
No se debe tomar el sol mientras duren los tratamientos oncológicos y durante un tiempo posterior a ellos.
Respecto al cabello, como se ha comentado anteriormente, es recomendable lavarlo con champú suave y, una vez que lo hemos perdido, hidratar el cuero cabelludo al igual que el resto de nuestra piel y protegerlo con cremas con factor de protección solar.

¿Cómo evoluciona generalmente?

En la mayoría de los casos la evolución es muy buena, recuperando el cabello perdido durante el tratamiento. Esta evolución es gradual y progresiva, teniendo en cuenta que el cabello que brotará inicialmente será un cabello muy débil que también caerá; no deben asustarse por ello ya que es un proceso natural, dando lugar al crecimiento de un cabello sano. Debemos recordar que como el crecimiento del cabello es lento -pues viene creciendo entre 1cm y 1,5 cm al mes- tardará unos meses en poder lucir un cuero cabelludo cubierto. Por eso se recomienda usar peluca hasta que el paciente pueda cubrir su cuero cabelludo con su propio pelo.

¿Cómo ha evolucionado el tratamiento de este problema?

Afortunadamente, en los últimos 20 años se han hecho grandes progresos en el desarrollo de tratamientos para ayudar a prevenir y controlar los efectos secundarios del tratamiento del cáncer. Estos avances han conducido a grandes mejoras en el tratamiento de los síntomas asociados al tratamiento, han permitido una mayor exactitud y constancia en la administración de los mismos y han conseguido que muchos tratamientos estén disponibles más ampliamente para todos los pacientes. En la actualidad se utilizan terapias menos invasivas y no por ello menos eficaces.