La alopecia areata por estrés se caracteriza por la caída de pelo en determinados puntos de la cabeza o del cuerpo (cejas, pestañas, barba…) con formas redondeadas de mayor o menor tamaño, que puede llegar a producir la pérdida total de cabello.
Se trata de una enfermedad del sistema inmunológico y se produce cuando los leucocitos o glóbulos blancos de la sangre atacan a las células que se encuentran en los folículos pilosos. Esto provoca no sólo que el pelo se caiga, sino que además crezca de manera mucho más lenta. El pelo nuevo nace muy débil por lo que a veces ni siquiera puede llegar a atravesar la piel. Sin embargo, los síntomas de la alopecia areata por estrés se incrementan notablemente.
Causas de la alopecia areata
Pese a la gran literatura científica que existe sobre el tema, todavía se desconocen las causas que originan la alopecia areata, aunque si existen determinados factores que parecen predisponer a su aparición.
- Antecedentes familiares. Diferentes estudios han demostrado que 1 de cada 5 personas que desarrolla una alopecia areata cuenta con algún familiar que la ha padecido con anterioridad.
- Cambios hormonales, por ejemplo, de tipo tiroideo.
- Infecciones en el cuero cabelludo.
- Altos niveles de estrés provocados por situaciones como: enfermedades, episodios traumáticos, conflictos, pérdida de un ser querido, dejar de trabajar o comenzar un empleo nuevo.
Consecuencias psicológicas de sufrir alopecia areata
En la mayoría de los casos, el impacto psicológico de la alopecia areata (al igual que sucede con otros tipos de alopecia) es traumático. La pérdida de cabello de una manera más o menos súbita, se acompaña también de cambios en la imagen corporal. Algo que, a su vez, produce variaciones en la forma de relacionarnos con nuestro cuerpo y con las demás personas.
Dicho impacto psicológico se ve acrecentado por no existir respuestas ciertas para el paciente acerca de si volverá a crecer o no el pelo, lo que se traduce en una pérdida de autoestima y autoconfianza.
Entre los factores psicológicos asociados a la alopecia areata destacan:
- Ansiedad
- Depresión
- Disminución del estado de ánimo
- Disfunción familiar
- Disfunción laboral
¿Cómo tratar la alopecia areata?
Para el tratamiento de la alopecia areata, en IMD recomendamos que sea un especialista el que haga el diagnóstico y que se combine el tratamiento ideal con un tratamiento psicológico para obtener los mejores resultados. ¡Puedes pedir tu consulta gratuita ahora!
Tratamiento farmacológico
- En este caso el tratamiento tiene como objetivo fundamental que el cabello vuelva a crecer rápidamente. Algunos de los medicamentos utilizados son:
- Corticoesteroides. Su función es deprimir el sistema inmunológico y de esta manera, reducir los síntomas de la alopecia. Su aplicación puede ser de forma tópica, por vía oral o inyectados en la zona afectada.
- Minodixil. Se utiliza en forma de loción y suele aplicarse 1 o 2 veces al día. Los resultados pueden comprobarse a los 3-4 meses de la primera aplicación aproximadamente.
- Antralina. También es una solución tópica que se aplica sobre la zona afectada durante 20-60 minutos. Posteriormente, hay que aclarar bien la zona con agua para evitar irritar la piel.
Tratamientos capilares específicos
Entre los que podemos destacar por su probada eficacia:
Es recomendable una combinación de ambos tratamientos para conseguir resultados más eficaces y duraderos a lo largo del tiempo.