El tratamiento con láser de baja potencia es uno de los más utilizados y efectivos para prevenir la caída del cabello, al actuar sobre el cuero cabelludo estimulando la circulación sanguínea y, por lo tanto, la salud y el crecimiento del pelo.
Su ejecución es muy sencilla, ya que el láser se aplica directamente sobre la cabeza sin causar ningún dolor de forma que aumenta la llegada de nutrientes y oxígeno a la raíz del cabello, favoreciendo la eliminación de toxinas y un crecimiento más sano y fuerte. Los cabellos dañados se recuperan y aumentan de grosor, lo que mejora la apariencia de la persona que se somete al tratamiento, recuperando un aspecto más cercano al que tenía antes de aparecer la caída del pelo que originó su preocupación.
El tratamiento con láser de baja potencia no requiere de intervención quirúrgica y se obtienen resultados de forma rápida en el 85% de los casos, siendo también una alternativa válida para pacientes que presenten alopecia y que no hayan respondido a otros tratamientos. En este sentido, cabe destacar que la FDA norteamericana ha autorizado el tratamiento de la alopecia androgenética masculina y femenina con láser de baja potencia.
El láser de baja potencia se puede aplicar tanto a hombres como a mujeres, no tiene efectos secundarios y elimina cualquier tipo de obstrucción que haya alrededor del bulbo piloso. Además, disminuye el número de cabellos terminales y activa la cicatrización, provocando un efecto antiinflamatorio que ayuda a la conservación del cabello y a su crecimiento.
La eficacia del tratamiento capilar con láser de baja potencia está probada con estudios médicos, su aplicación sigue unas pautas estipuladas. En IMD ofrecemos una primera cita gratuita para valorar el estado de tu cabello y aconsejarte el tratamiento más oportuno, por lo que puedes ponerte en contacto con cualquiera de nuestras clínicas.