Dependiendo de cómo nos encontremos anímicamente, la salud de nuestro cabello puede variar considerablemente.
Pensemos que nuestro cuerpo es un puzle formado por múltiples piezas, algunas de ellas las llamamos emociones. Si las emociones no funcionan de la forma correcta se pueden producir alteraciones a nivel físico.
Hay personas que notan como la salud de su pelo se ve comprometida en determinados momentos de elevados niveles de estrés o ansiedad.
Se ha comprobado que cuando estamos sometidos a elevados niveles tensionales nuestro pelo se vuelve más frágil, débil, se rompe con mayor facilidad…
Cuando la caída del cabello es producida por factores emocionales, tales como la ansiedad, el estrés e incluso la depresión, hablamos de alopecia nerviosa o emocional. Puede sufrirla cualquier persona; niños, adolescentes o adultos.
Al contrario de lo que sucede en otros tipos de alopecias, como la androgenética o la areata, la caída del pelo se produce de forma gradual y homogénea en un periodo corto de tiempo.
El pelo se puede caer por multitud de factores: una alimentación incorrecta, anemia ferropénica, predisposición genética, situaciones o eventos estresantes, cuadros de ansiedad, estados anímicos depresivos…
Al estudiar cómo afecta el estrés a nuestro cuerpo, se ha podido comprobar que existen determinados receptores que se localizan precisamente en los folículos capilares, y que son los encargados de liberar una hormona llamada corticotropina, cuando nos encontramos ante un evento estresante. Si esta hormona se acumula en grandes cantidades se puede producir un debilitamiento del folículo piloso.
Sin embargo, también sucede que cuando el foco de tensión desaparece el pelo vuelve a crecer con normalidad, aunque, en algunas situaciones, no con las mismas características que el cabello perdido. Por este motivo, es tan importante acudir a clínicas especializadas donde nos puedan realizar un estudio exhaustivo del cabello que determine en qué condiciones está creciendo el cabello nuevo.
Existen diferencias muy llamativas entre ellas que nos permiten distinguirlas fácilmente:
En el caso de la alopecia emocional es tan importante tratar el problema a nivel capilar cómo atacar directamente la causa, es decir, la tensión nerviosa.
En la inmensa mayoría de los casos, la psicoterapia es muy eficaz. Entre las diferentes técnicas psicológicas utilizadas destacan: técnicas de relajación, ejercicios de respiración, aprender a relativizar los problemas, fomentar la habilidad en la resolución de conflictos…
También suele ser de gran utilidad hacer una revisión de los hábitos diarios del paciente e introducir cambios saludables en los mismos. Existen diferentes tipos de hábitos: emocionales, afectivos, sociales, físicos o intelectuales, pero todos ellos tienen en común que las personas los aprenden, es decir, nadie nace con ellos.
Podríamos reducir a cinco los hábitos diarios más saludables no sólo a nivel físico (en este caso en relación al cabello), sino también a nivel psicológico:
Dra. Catalina Poza. Jefe de la Unidad de Psicología de Instituto Médico Dermatológico.
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