La alopecia por tracción consiste en la pérdida del cabello, a consecuencia de someterlo a una excesiva tensión de manera continuada. En la mayoría de los casos se trata de una alopecia reversible pero, con el tiempo, se puede convertir en una alopecia permanente.
Entre las causas más comunes que pueden derivar en este tipo de alopecia, están el abuso de determinados peinados que exigen un estiramiento del pelo durante periodos de tiempo prolongados; el uso de sombreros o gorras (alopecia por presión) y, en algunos casos, la tricotilomanía (alopecia traumática), un trastorno del control de los impulsos que se caracteriza por una necesidad incontrolable de tirarse del pelo.
Atención a los síntomas
Detectar los síntomas de la alopecia por tracción en estados iniciales, puede ser crucial para no perder el cabello definitivamente.
La falta de densidad del cabello sobre las sienes o la impresión de “dolor en el pelo” son señales que nos pueden alertar. Cuando llevamos, habitualmente, el cabello recogido y tirante con trenzas, cola de caballo o moño de bailarina, puede aparecer esta molesta sensación, que no es otra cosa que las terminaciones nerviosas, que posee cada pelo, que sufren presión cuando pasan muchas horas con el mismo recogido.
¿Existe algún tratamiento que ayude a mejorar?
Más que buscar un tratamiento específico para este tipo de alopecia, de lo que se trata es de ser conscientes de una serie de hábitos que perjudican y debilitan los folículos pilosos y, sobre todo, de corregirlos a tiempo:
- Peinados que tensan excesivamente el cabello.
- Gomas o pasadores demasiado apretados.
- Cepillados muy bruscos.
- Abuso de secadores, planchas y rizadores para el pelo.
- Cubrir el cabello constantemente con gorras, sombreros o cascos.
Como primera medida, lo más recomendable es variar los tipos y estilos de peinados y, sobre todo, dejar reposar el cabello. Además, hay otras prácticas que nos pueden ayudar a mejorar:
- Masajear suavemente el cuero cabelludo; activa y mejorar la circulación sanguínea.
- No abusar de fuentes de calor excesivo.
- Utilizar protección solar para el cabello y procurar mantenerlo bien hidratado.
En cualquier caso, siempre es recomendable consultar con un especialista, que pueda valorar su estado y recomendar los tratamientos orientados a fortalecer el cabello y favorecer el crecimiento de pelo nuevo. Las soluciones habituales pasan por la estimulación del crecimiento para que recupere su densidad y vigor.