Causas habituales de la alopecia femenina

A la hora de desentrañar las causas de la alopecia, tanto en hombres como en mujeres, es importante destacar

que es una tarea muy complicada. Hay que empezar por ahí: la caída del cabello es una consecuencia muy visible de un problema que muchas veces no es tan visible y que depende de varios desencadenantes. Es muy raro encontrar un paciente de alopecia que debe su caída del pelo a un solo factor, lo habitual es que sea el resultado de varios factores. Esto es así normalmente, sin importar si se es hombre o mujer, pero, en el caso de las mujeres, el número de factores implicados en la caída del cabello es todavía mayor. En este post vamos a repasar los más habituales.

Las tres causas principales: menopausia, embarazo y herencia genética

Son las tres causas que podríamos llamar como sospechosos habituales. Las dos primeras tienen en común que provocan que el cuerpo de la mujer viva un terremoto hormonal que va a modificar cómo se comporta su organismo, y eso es algo que se va a notar, y mucho, en su cabello, igual que en su piel. Aunque se trata de momentos muy distintos en la vida de la mujer, tanto la menopausia como el embarazo conllevan unos problemas parecidos en relación al cabello. Vamos a verlos.

Embarazo

Pocos procesos biológicos afectan al crecimiento del cabello tanto como lo hace el embarazo. Básicamente, el embarazo provoca un crecimiento desmedido del cabello y, después del parto, la caída de ese pelo que había crecido con tanta alegría los meses anteriores.
Durante los primeros meses de embarazo se produce una sobreproducción de estrógenos, la hormona femenina, y ésta modifica la vida de los folículos pilosos. Si lo normal es que 8 de cada 10 cabellos estén en la fase de crecimiento, o fase anágena, durante el embarazo van a ser nueve de cada 10 pelos. Puede parecer una subida poco importante, pero lo es, y mucho, porque no sólo crecen más cabellos, sino que se caen muchos menos. Y, encima, tienen un aspecto más saludable porque aumenta la producción de grasa y de queratina. El resultado es que la melena se vuelve más poblada y bonita. Pero sólo durante un tiempo, normalmente hasta que se produce el parto.
Producido el parto, los primeros meses no serán muy distintos para el cabello de la mujer, pero a partir del tercero, se empezará a caer como consecuencia de la vuelta a la normalidad. El efecto psicológico será importante, pues aunque la mujer no va a perder mucho más pelo del que perdía antes del parto, ella creerá que sí porque los últimos meses ha tenido más pelo de lo normal. Perderá la cantidad normal y ese cabello extra. Resultado para el ánimo: nefasto.
Sin embargo, lo que siempre hay que recordar es que cuando la causa de la pérdida del cabello es el embarazo, lo habitual es que, tras dos meses de caída, el ciclo de vida del cabello se vuelva normal y recupere el ritmo de crecimiento. El pelo no volverá a lucir tan abundante y bonito como durante el embarazo, pero sí muy parecido a como estaba antes.

Menopausia

¿Recuerdas lo que comentábamos de los estrógenos? Pues vuelven a estar por aquí. En esta ocasión, la pérdida del cabello durante la menopausia se debe a la disminución de esta hormona femenina, que pierde importancia en favor de las hormonas masculinas. Con el aumento de la testosterona, la androsterona y, sobre todo, de la dihidrotestosterona o DHT, la hormona que causa la alopecia entre los hombres, la mujer va a empezar a perder cabello.
La pérdida del cabello no será tan notable como en el caso masculino, generalmente, pero sí será visible. Normalmente la pérdida del cabello durante la menopausia, que es la causa más habitual de alopecia androgenética femenina, o FAGA, se concentra sobre todo en la parte superior de la cabeza. Se va a producir una pérdida de densidad capilar y, además, el cabello de esa zona se volverá más fino, lo que provocará que el cuero cabelludo se vea fácilmente. Sólo en muy pocos casos esta pérdida de cabello se extiende a otras zonas de la cabeza.

Herencia genética

Hasta hace poco tiempo, era habitual pensar que sólo los hombres estaban más o menos predispuestos a sufrir de alopecia por causas de herencia genética, asociando así el tipo de calvicie que es la alopecia androgénica exclusivamente al público masculino. Casi todos los estudios explicaban que la alopecia por herencia genética se saltaba a las mujeres y que sólo afectaba a la descendencia masculina. Y esta teoría tenía sentido, pues al final la causa hormonal de la alopecia androgenética es exclusivamente masculina: la provoca la DHT, una hormona masculina.
Con el tiempo, la ciencia ha demostrado que, si bien la alopecia androgenética es muchísimo más habitual entre los hombres y que estos tienen más posibilidad de sufrirla si hay un antecedente en su familia, también las mujeres están expuestas a sufrir alopecia si alguien en su familia la ha sufrido antes.