Primeros síntomas de alopecia en hombres

Perder pelo es una de las preocupaciones que a los hombres más les cuesta confesar. De las exploraciones mañaneras

o nocturnas frente al espejo en busca de entradas que han evolucionado, se pasa a los peinados extraños donde unos cuantos pelos largos disimulan zonas sin cabello. Pero si algo preocupa a los hombres más que perder pelo es que llegue el momento, quizá frente al espejo, quizá frente a un amigo demasiado sincero, en que se den cuenta de que sí, de que es cierto que están perdiendo pelo, pero que ya es tarde para remediarlo. En el post de hoy repasaremos los síntomas que podrían indicar que se está perdiendo pelo (y que todavía no es tarde para hacer algo)

Pero antes, concretemos: en el post de hoy hablaremos siempre de la alopecia androgenética, que es la alopecia común. Las demás alopecias mayoritarias, como la areata, la cicatrizal o la difusa, son mucho más fáciles de identificar. Primero, porque no tardan en producirse, tal y como sucede con la androgenética, que provoca la caída del cabello poco a poco. Y segundo, porque cada una de esas alopecias tiene sus características únicas: la cicatrizal estará relacionada con una enfermedad, la areata es fácilmente reconocible por las calvas en forma de moneda que provoca y la difusa llegan tan rápido como se va. La androgenética es mucho más complicada de detectar.

Entradas, pistas no concluyentes

9 de cada 10 hombres sufrirán algún grado de alopecia a lo largo de su vida. Así de claro. Sin embargo, lo que no dice la estadística es cuál será el resultado de tal alopecia. Unas entradas pronunciadas son tan alopécicas como una cabeza sin cabello alguno. La diferencia es que las primeras son muchísimo más abundantes que las segundas. Entre medias están todos los demás casos.
Cuando hablamos de entradas nos referimos a esas zonas donde las sienes ganan terreno al cabello. El pelo de esta zona se desprende y la línea del cabello va avanzando hacia el interior de la cabeza, formando una especie de V. Este proceso tan incómodo suele iniciarse alrededor de los 20, aunque hay casos en los que aparece antes o mucho después. Ya adelantábamos en el título que estas pistas no son concluyentes. O al menos casi siempre.

Si sospechas que tus entradas no estaban así antes, coge cámara y lápiz y empieza a fotografiarte el rostro una vez a la semana. Siempre con luz natural; el foco superior del baño suele ser un estorbo para ver con claridad si hay problemas o no. Si al cabo de un par de meses notas que hay un avance en las entradas, sabrás que, al menos por esa zona, estás perdiendo el cabello.
Esto no quiere decir que se inicie así una alopecia androgenética seria, pero sí que en el momento estudiado estás perdiendo algo de cabello en esa zona. Como decíamos más arriba, puede suceder que tus entradas se estén ampliando precisamente en ese intervalo de tiempo y que dejen de hacerlo trascurrido un tiempo. O puede que no paren y la pérdida continúe. Si notas cambios, visita a tu dermatólogo.

Coronilla

La pérdida de cabello en la coronilla, la zona posterior de la cabeza, suele activarse cuando ya hay unas entradas fácilmente visibles. Igual que hay zonas de la cabeza más resistentes a la caída del cabello, como el cinturón que va desde la parte superior de las orejas hasta la nuca, también hay zonas de la cabeza que pierden fácilmente el cabello. Son las sienes y la coronilla.
Al contrario de lo que sucede con las entradas, la norma dice que las pérdidas de cabello en la coronilla suelen ser progresivas, y no es tan común que una vez iniciada la pérdida se detenga. Si notas pérdidas en esta zona, no lo dudes y llama directamente a tu dermatólogo.

Cabello más fino

También puede ocurrir que la pérdida del cabello no sea tan radical que deje zonas del cuero cabelludo sin pelo, sino una opción intermedia: el pelo se vuelve fino, pierde brillo y se nota mucho más seco. ¿Es una pista de una alopecia androgenética inminente? No tiene por qué. Si ya había dudas con las entradas, la pérdida de densidad capilar es todavía más misteriosa, pues puede ser consecuencia de muchas causas.
Puede ser alopecia, claro, pero también un deterioro temporal de la consistencia del cabello. Estrés, mala alimentación, falta de descanso, una enfermedad que se está llevando todos los recursos del cuerpo… Todas estas causas pueden hacer que el cabello pierda consistencia e incluso adelantar su caída, pero se trata de problemas, por lo general, temporales. Si sospechas, haz lo mismo que para medir la evolución de las entradas: sácate fotos cada semana durante un par de meses y compara los resultados. Y si ves pérdidas, ya tienes una razón para visitar a tu dermatólogo.
Para terminar, no olvides visitar el post donde explicamos la evolución de los distintos estadios de la alopecia androgenética masculina.