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Problemas en el colegio: prevención y solución

Al igual que sucede con otros entornos sociales, es bastante habitual que en el colegio aparezcan conflictos y problemas. Estos no deben ser considerados obligatoriamente como algo malo o negativo, sino que, depende de cómo seamos capaces de solucionar el conflicto que surja, así como el resultado del mismo, nos van a dar la oportunidad de aprender.
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A lo largo de nuestra vida nos vamos encontrando con multitud de problemas y conflictos que debemos resolver. Esto nos va a ir proporcionando una serie de habilidades sociales que nos van a permitir ser capaces de solucionar dichos problemas de manera eficaz y no violenta.

¿Qué tipo de conflictos pueden originarse en el colegio?

Dependiendo del tipo de relación que se establezca entre los diferentes miembros de la comunidad escolar, en el colegio pueden originarse tres grandes tipos de conflictos:

  • Los derivados de las relaciones entre los alumnos. Los alumnos pasan mucho tiempo juntos, cinco días a la semana. Esto hace que entre ellos se establezcan relaciones de amistad y de enemistad y que, estas lleven a la aparición de conflictos. Es importante que desde la escuela se fomente una resolución eficaz del conflicto a través del diálogo y no de una forma punitiva.
  • Los que derivan de las relaciones entre profesores y alumnos. En las últimas décadas se han producido importantes cambios en el sistema educativo español. En la actualidad se fomenta un modelo participativo, en dónde el profesorado, sin perder su autoridad, presente un modelo que resulte atractivo al alumnado, en el que sientan que forman parte de él y que les motive a aprender. Cuando esto no es así, pueden aparecer conflictos entre el profesorado y el alumnado, en forma de conductas disruptivas dentro de la clase.
  • Los que surgen como consecuencia de la convivencia entre profesores. En este caso pueden surgir conflictos en cuanto a la forma de abordar una asignatura, o la forma en que se utilizan determinados espacios…En este caso, es necesario fomentar la comunicación y el diálogo entre el profesorado.

¿Cómo podemos prevenir los conflictos que surgen dentro del aula?

Para prevenir un conflicto, independientemente del tipo que sea y dónde surja, es necesario:

  • Favorecer la comunicación entre los distintos miembros de la comunidad escolar.
  • El profesorado debe convertirse en modelos de comportamiento a seguir.
  • Que se produzca un intercambio eficaz de mensajes.
  • Mostrar empatía.
  • Trabajar la asertividad.
  • Definir qué es lo que se quiere trabajar dentro del aula, cómo se va a trabajar y cuáles son los objetivos que se pretenden conseguir.
  • No utilizar etiquetas con los alumnos.
  • El profesorado debe ser equitativo, es decir, debe tratar a todos los alumnos por igual, sin hacer distinciones.
  • Las actividades a tratar en el aula deben estar bien definidas y organizadas, de esta manera evitaremos que se produzcan interrupciones o despistes por parte del alumnado.
  • Por último y no por ello menos importante, se debe tener en cuenta a la familia y, siempre que sea posible, hacerla partícipe de las actividades que se desarrollan en el centro.

Una vez que el conflicto ha surgido, ¿Cómo podemos solucionarlo?

Es importantísimo enseñar a los alumnos a resolver los diferentes conflictos que van surgiendo. Podemos establecer los siguientes puntos a seguir:

  • Debemos analizar el conflicto: como ha surgido, porque, en qué consiste…..
  • Establecer cuál es el objetivo que se quiere conseguir.
  • Establecer las diferentes soluciones alternativas al problema y valorar cada una de ellas, sus ventajas e inconvenientes.
  • Una vez que hayamos realizado el análisis anterior, elegir la solución más adecuada y ponerla en marcha.
  • Evaluar el resultado obtenido así como si es posible mejorarlo.

Todos los pasos anteriormente descritos a la hora de solucionar un conflicto, es necesario practicarlos. Para ello se pueden utilizar dinámicas de grupos, role-playing, ejercicios grupales e individuales….

¿Qué es el champú seco?

En esta época del año, entre noviembre y diciembre, los estantes de los supermercados se vacían de botes de champú seco. Hay humedad en el ambiente y llueve de vez en cuando, lo que suele ensuciar el cabello o acortar el tiempo que éste pasa limpio. El champú seco se vende como la solución perfecta para disimular esta suciedad que todavía no es importante sin tener que pasar por la ducha. ¿Funciona? ¿Es el champú seco un verdadero champú? ¿Cuál es su utilidad? ¿Y sus desventajas? En el post de hoy abordaremos estas preguntas.
El champú seco es un cosmético capilar que seca el cabello. No lo limpia. Lo habitual es que los fabricantes y las revistas de moda insistan en que los champús secos limpian el cabello cuando no hay tiempo de hacer un lavado tradicional. Pero esto no es cierto: el champú seco no es la forma alternativa o moderna o guay de lavarse el pelo. No tiene nada que ver. El champú seco no es champú, es polvo secante.
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La clave del champú seco es que seca el cabello. Es decir, disimula la pista fundamental que nos dice si el pelo está sucio o no, que es la grasa. El champú seco apunta ahí directamente, a la grasa. Y cumple bien su función. Basta rociarse el flequillo o las puntas, las zonas que, por estar pegadas a la piel más rápidamente se ensucian de grasa, y comprobar cómo, en pocos segundos, ese brillo sucio desaparece y el pelo adquiere un aspecto mateque es más atractivo.
Pero no es lavar, es secar. Las marcas son muy imaginativas a la hora de llenar sus espráis de polvos. Hay productos con arcilla, con avena, con maíz, con plantas secas pulverizadas… Pero todos los productos son muy parecidos y vienen de la misma idea: el talco que durante los últimos dos siglos se echaba encima de las pelucas para hacer precisamente eso, disimular la suciedad. Esas pelucas, que básicamente eran cabellos sintéticos esculpidos, trenzados y pegados, no eran resistentes al agua, así que se les echaba talco para disimular la suciedad que iban cogiendo con el tiempo. Es la misma idea.

Cuándo usar un champú seco

El champú seco es una medida de emergencia, válida sólo cuando no tienes tiempo –de verdad– para lavarte el cabello. Es fácil imaginar situaciones así: tras un día de reuniones tensas, el sudor de la frente se ha trasladado a tu flequillo, así que, aunque saliste de casa con el pelo limpio, su estado actual no es apto para la cena familiar que tienes justo después de cerrar la oficina. ¿Cuál es la solución? Sin duda no es volver a casa y lavarte el pelo. El champú seco es la única opción viable. Un poco de espray sobre el flequillo, un peinado rápido para conseguir algo de volumen al tiempo que eliminas los residuos blanquecinos que puedan quedar, y listo. No ganarás el premio al aspecto más pulcro, pero tampoco lo ganarás al peor.
Y si hay algunas situaciones en las que el champú seco puede sacarte del apuro, también hay otras tantas en las que no te va a ayudar nada. La más habitual es intentar usar el champú seco para lavar el cabello. Saliste la noche anterior y tu pelo todavía conserva rastros del gel fijador o de la gomina y, aunque tienes tiempo para lavarte el cabello, algo en ti dice que es mejor que no sometas a tu cuerpo a muchos esfuerzos. Pulverizas un poco de espray sobre tu cabeza y… nada: sigue igual de sucia y, peor, ahora con más residuos. ¿Por qué? Primero, por lo que dijimos más arriba –el champú seco no es champú, no limpia–, y, segundo, porque si algo hace bien este producto es disimular los líquidos, no los sólidos.
Si tienes el pelo sucio y tiempo para lavarlo, no uses el champú seco. Lo que al principio parece un atajo es en realidad el camino más largo hacia la misma solución: lavarse el cabello con champú de verdad.

Aguacate, la superfruta para el cabello

Si hubiera un concurso de frutas superbeneficiosas para nuestra salud que no gozan de popularidad, el primer puesto sería para el aguacate. Sin duda. Las fruterías están llenas de frutas que son poco más que agua, azúcar y fibra, mientras que los aguacates se cuentan con los dedos de dos manos. La gente no pide aguacates como pide peras o manzanas. Y es un grave error. En el post de hoy te contaremos por qué el aguacate tiene que convertirse en una de tus frutas favoritas.
beneficios del aguacate
Pero antes, conozcamos un poco al aguacate. El aguacate, o palta o abocado en buena parte de Latinoamérica, es una fruta tropical que se cultiva en climas tropicales y mediterráneos. Al contrario que muchas frutas, tiene muy poco azúcar, menos de un 1%. Es muy, muy poco: una naranja tiene alrededor del 9%, una manzana, en torno al 10%, lo mismo que una pera. ¡El aguacate tiene 10 veces menos azúcar que las frutas más vendidas! Punto positivo para la fruta tropical. ¿Dónde está el peligro? En la grasa, que tiene un 15% por cada 100 gramos, mucho, mucho más que una naranja (0,1%), una manzana (0,2%) o una pera (0,1%).
Como hemos hablado muchas veces, la grasa no es necesariamente mala para nuestro cuerpo, como sí lo es el azúcar. La clave es escoger sólo la grasa buena, la llamada grasa monoinsaturada, que es la que abunda en el aceite de oliva, en los frutos secos y en el aguacate. Esta grasa saludable lo es porque aumenta los niveles de colesterol bueno, el conocido como HDL, cuya función consiste en eliminar colesterol. (El colesterol malo, el LDL, se considera así porque si se acumula, acaba por bloquear las arterias, lo que aumenta el riesgo de padecer problemas derivados de la circulación de la sangre, como paros cardiacos o embolias).
Pero no olvidemos que, aunque la grasa monoinsaturada del aguacate es saludable, no deja de ser grasa. Si no queremos ver cómo nuestra línea se convierte en curva, tendremos que consumir esta fruta con moderación. Las tostadas con aguacate, mejor para el desayuno. ¿Aguacate en la ensalada de la cena? Ni por asomo.

¿El aguacate nos puede ayudar a tener un pelo más saludable?

Rotundamente, sí. El aguacate tiene una buena cantidad de antioxidantes en la vitaminas C y E, pero sobre todo destaca por su colección de vitaminas B, fundamental en el proceso de regeneración del cabello: un cabello fuerte pasa necesariamente por tener unos niveles altos de vitamina B. Ahí entra el aguacate, que contiene varias de las vitaminas esenciales de grupo B, pero especialmente dos: la B6, o piridoxina, y la B5, o ácido pantoténico.
Mujer con pelo voluminoso
La vitamina B6 es fundamental para nuestro cabello porque ayuda a la formación de glóbulos rojos y favorece la absorción del hierro, dos funciones que ayudan a que nuestro cabello esté bien “regado” de nutrientes y agua. El papel de la vitamina B5 no es menos importante: es un elemento universal, así que interviene en numerosísimos procesos fundamentales en nuestro cuerpo, entre los que se encuentra la regeneración celular que da como resultado nuevos cabellos. ¡Casi nada!
¿Hay más? Sí. El aguacate contiene además mucho agua (73%), las ya citadas vitaminas C, E y K (que ayuda a la formación de glóbulos rojos, como la vitamina B6), y un trío de minerales que van muy bien al cabello: potasio, que regula la cantidad de agua en nuestro organismo y evita el estrés (causa de la alopecia nerviosa); manganeso, que ayuda a la absorción de diversas vitaminas y potencia la creación de hormonas sexuales (que influyen en la calidad del cabello); y zinc, que favorece la creación de queratina y colágeno, las proteínas de las que está hecho el cabello.
Así que, si quieres un pelo saludable, ya sabes qué fruta tienes que añadir a tu compra habitual.

Vinagre y cabello, ¿una buena mezcla?

En otoño las estanterías de los supermercados se vacían de vinagre. ¿Es porque comamos más ensaladas en esta época del año? No, es porque es tiempo de piojos y el vinagre es probablemente la opción más efectiva, y barata, para combatir a estos insectos. Pero esta no es la única función que el vinagre cumple en el cabello, sirve para muchas otras cosas. ¿O no? En el post de hoy hablaremos sobre uno de los remedios caseros más extendidos para cuidar el cabello: lavarse el pelo con vinagre.
El vinagre es un líquido ácido que proviene de la fermentación del alcohol. Sin embargo, al contrario que los alcoholes habituales, el vinagre no reseca la piel ni el cabello. La cerveza sí lo hace.
Vinagre de vino, ¿bueno para el pelo?

Tres ventajas reales

Un punto importante del vinagre es que elimina hongos. Sus propiedades antifúngicas lo hacen especialmente útil para tratar problemas relacionados con la aparición de estos pequeños organismos en el pelo. El vinagre no es tan poderoso como para solucionar por sí sólo un problema de caspa excesiva, pero sí que puede servir para deshacerse de algún hongo solitario que haya llegado a tu cabeza.
Otra ventaja real: el vinagre es un ácido, es decir, tiene un PH muy bajo (entre 2 y 3), lo mismo que el limón o el jabón. En consecuencia, el vinagre también tiene las mismas propiedades limpiadoras que los jabones, si bien no es tan efectivo como estos. El vinagre puede eliminar el polvo o la suciedad superficial de tu cabello, pero si hablamos de un día entero recorriendo una gran ciudad, podrás echarte tanto vinagre como quieras en el cabello, pero no lo limpiarás.
Vale, entonces tenemos que el vinagre funciona contra los hongos y que limpia superficialmente el cabello y el cuero cabelludo. ¿Qué más propiedades tiene el vinagre? Pues vamos a acabar con la más conocida: elimina los piojos. Eliminar no es la palabra exacta, pues toda madre sabe que los piojos no se van solos, sino que hay que arrancarlos del cuero cabelludo, pero lo que sí es cierto es que el vinagre crea un hábitat en la cabeza del niño que no es nada cómodo para los insectos. Invita a salir a los que están y mantiene alejados a los que podrían venir. ¿Por qué? De nuevo tiene la culpa ese PH tan bajo del que hablábamos antes. Los piojos odian los hábitats tan ácidos.

Tres ventajas mágicas

Y hasta aquí las propiedades del vinagre. Espera, que nos olvidamos de las demás propiedades del vinagre: de que potencia el brillo, de que facilita el peinado y de que ayuda a recuperar el equilibrio del PH de la piel. ¿Nos hemos olvidado de todo esto o es que quizá estás propiedades del vinagre pertenecen al terreno de la fantasía?
El brillo que consigue el vinagre no proviene de propiedades mágicas de este aliño tan querido, sino de su poder limpiador: el pelo limpio brilla, así de sencillo. Compruébalo cuando te laves el cabello. Sobre que facilite el peinado, la respuesta es la misma que la anterior: el pelo limpio se peina con más facilidad porque no se enreda. Sencillo.
pelo nutrido

¿Y qué pasa con ese equilibrio del PH de la piel?

Veamos, la piel humana tiene un PH de alrededor del 5,5, es lo que se llama PH neutro. Si sube de ahí, malo, y si baja, lo mismo. Sabiendo eso, ¿cómo un producto con un PH de entre 2 y 3 puede conseguir un equilibrio si el punto que nos interesa es 5,5? Esto, simplemente, no tiene ningún sentido. Es más, los amantes del no poo, esa moda peligrosa que consiste en no lavarse el pelo y empaparlo de vinagre y bicarbonato, incluye el bicarbonato por una sencilla razón: para equilibrar. El PH del bicarbonato es alto, de alrededor de 9, así que funciona muy bien para equilibrar el bajo PH del vinagre. Ahí tienes la respuesta: si hasta los amantes del no poo tienen que echarse bicarbonato para nivelar el PH después de usar vinagre, ¿cómo el vinagre por sí sólo va a conseguir equilibrar el PH?
En conclusión, las ventajas de lavarse el pelo con vinagre no son suficientes como para olvidarse de los champús para siempre, pero no son tan decepcionantes como las de lavarse el pelo con cerveza. Tenemos que el vinagre elimina algunos hongos y que protege contra los piojos, así que puedes usarlo de vez en cuando si sospechas que vives en un lugar con tendencia a que los hongos floten en el ambiente (puede ser una planta baja o un baño de difícil ventilación, no tiene por qué ser una mazmorra). También puedes utilizarlo si vives expuesto/a a los piojos, lo cual no es nada complicado si nos lees en otoño y tienes hijos que van al colegio.

Acondicionadores, ¿para qué sirven?

Los acondicionadores son los grandes olvidados de las marcas y de los consumidores. Si se presta poca atención al aspecto del pelo, con usar el champú basta. Y si se presta mucha atención, el mejor aliado es la mascarilla. ¿Dónde queda el acondicionador? Exacto, en una tierra de nadie que no despierta interés. ¿Es justo esto? ¿Merece el acondicionador esta falta de entusiasmo por parte de los consumidores? En el post de hoy responderemos a esta cuestión.
El acondicionador es un cosmético para el cabello que mejora su aspecto. Suele aportar brillo y volumen, ventajas que consigue gracias a su formulación rica en… grasa. Así es, un acondicionador es básicamente agua y grasa. ¿No te lo crees? Echa un ojo a los ingredientes: el primero siempre es agua –recuerda que los ingredientes están ordenados de mayor a menor: a más cantidad, antes aparece en la etiqueta– y el segundo casi siempre es alcohol cetoestearílico. Y suele haber más alcoholes (como el cetílico). Pues bien, todos esos alcoholes son grasos.
Aplicando acondicionador en el cabello

¿Significa esto que el acondicionador engrasa el cabello?

Rotundamente sí. Pero no hay por qué echarse las manos a la cabeza. Los beneficios del acondicionador, ese cabello brillante e hidratado, se deben precisamente a esta grasa. Al envolver en grasa el pelo, se consigue brillo (la grasa brilla), más volumen (el pelo aumenta artificialmente su volumen), más facilidad para peinarse (el peine resbala fruto de la grasa) y se corrigen las puntas abiertas (la grasa actúa de pegamento, uniendo las puntas abiertas). Lo de la hidratación también es un mito. Como ocurre con las cremas para la piel, estos productos no hidratan, sólo extienden una capa de grasa que los fabricantes venden como hidratación, pero lo cierto es que la hidratación de verdad sólo se produce de dentro hacia afuera: bebiendo agua y suministrando a los folículos pilosos los nutrientes que necesitan.

Ventajas y… desventajas

Hasta aquí los beneficios del acondicionador, que no son pocos. Hablemos de las desventajas. La primera y más obvia es que engrasa el pelo. Muchas marcas de cosméticos dicen que es un mito, pero ya hemos demostrado que no lo es: los acondicionadores engrasan el cabello. ¿Cómo evitarlo? Usando el acondicionador con cabeza, como explicaremos un poco más adelante.
Otro problema muy extendido, y que está directamente relacionado con la grasa que los fabricantes niegan, es el apelmazamiento del cabello. Si nos pasamos con la cantidad de acondicionador, o no aclaramos bien, todo ese exceso de grasa va a pesar –literalmente– sobre el cabello, lo que va a provocar que se mantenga pegado al cuero cabelludo.
Planchando el pelo

Acondicionador y cabellos grasos, mala combinación

Todo empieza por adaptar el uso del acondicionador a las características de nuestro pelo. Si tenemos un cabello graso, lo ideal es que miremos con desconfianza al acondicionador, pues si lo usamos nos arriesgamos a que nuestro problema de grasa excesiva empeore. ¿Significa esto que si tengo el pelo graso y las puntas abiertas o una falta de volumen, no voy a poder arreglar estos problemas porque no puedo usar el acondicionador? Sí y no. Podrás arreglar estos problemas, pero no a través del acondicionador. Muchos de los problemas relacionados con las puntas abiertas y con el volumen del cabello vienen de dentro: el cabello nace débil o delgado porque no lo alimentamos bien. Si no comes suficiente vitamina B (verduras verdes y mucha carne), ahí puede estar el problema de tu cabello débil.
El acondicionador es un producto de riesgo para quienes sufren de pelo graso por todo lo que hemos explicado más arriba. Si tienes dudas, consulta con tu dermatólogo para que te sugiera el mejor producto.

Usa el acondicionador con cabeza

Pero volvamos al tema de los problemas derivados del uso del acondicionador. Recordemos: tras usar el acondicionador puede suceder que 1) el pelo quede demasiado graso o 2) el pelo se quede apelmazado. La solución para ambos casos –salvo que hablemos de cabezas con tendencia a la grasa, tema que justo acabamos de cubrir–, está muy relacionada con el tiempo de uso del producto.
El acondicionador tiene efectos casi instantáneos, que se activaran con sólo dejar actuar uno o dos minutos. Hay marcas que recomienda dejar el producto en la cabeza durante varios minutos más. No lo hagas, pues entonces tu pelo absorberá mucha más grasa de la necesaria y ni siquiera el mejor aclarado –siempre con agua tibia o fría– será suficiente para eliminar ese excedente de grasa.
El acondicionador es un producto muy recomendable para mejorar el aspecto del cabello, pero sus beneficios se acaban ahí, son simplemente estéticos. Problemas como las puntas abiertas, la falta de volumen o el brillo apagado tienen que ver con lo que comemos y con nuestros hábitos de vida, y no se puede esperar que un cosmético capilar, como es el acondicionador, los solucione. La clave es, como decimos siempre, nutrir convenientemente el cabello a través de una dieta saludable y con productos capilares.