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¿La alopecia puede delatar a otras patologías? Escucha a tu cabello

Desde hace años se conoce que la alopecia es una condición que ataca a los folículos pilosos. Sin embargo, poco se menciona sobre la relación que tiene con otras múltiples enfermedades del ser humano. En caso de que tu alopecia se deba a una enfermedad, es muy posible que apenas esta se haya resuelto, tu cabello vuelva a crecer de forma natural.

Lupus Eritematoso Sistémico

El Lupus Eritematoso Sistémico (LES) es una enfermedad crónica autoinmune que se caracteriza por la formación de autoanticuerpos que afectan numerosos órganos del cuerpo. Suele ser una enfermedad cíclica la cual tiene períodos de actividad y de remisión. En su fase activa ocurren numerosas lesiones en todo el cuerpo, siendo una de las mas frecuentes la alopecia no cicatrizal. Este tipo de alopecia tiene la característica que el folículo piloso puede volver a crecer una vez se resuelva la causa subyacente. Esto quiere decir que tu cabello volverá a la normalidad cuando controles el período de actividad del LES. Si bien es cierto que la alopecia no es la característica más emblemática ni mucho menos la más grave dentro de esta enfermedad, su alta prevalencia la ha convertido en un importante factor a tomar en cuenta a la hora de evaluar períodos de actividad del LES.

Dermatitis Atópica

La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel que provoca múltiples síntomas como piel seca, picazón, enrojecimiento de la piel, alopecia, entre otros. Suele iniciarse en la infancia o adolescencia, pudiendo continuar hasta la edad adulta. Según algunos estudios, la alopecia areata está directamente relacionada con la dermatitis atópica, al ser ambas enfermedades de origen autoinmune. Por lo general, un tratamiento adecuado de la dermatitis atópica provocará que los síntomas desaparezcan. Por tanto, la alopecia que se desarrolla a raíz de esta enfermedad puede verse detenida o incluso revertida una vez logres controlar la dermatitis atópica.

Alteraciones de la tiroides

Las alteraciones de la glándula tiroides se pueden resumir en dos: exceso de producción de hormonas tiroideas (hipertiroidismo) o déficit de producción de hormonas tiroideas (hipotiroidismo). En ambos casos ocurre la caída del cabello. Cuando un paciente sufre de hipertiroidismo ocurre una caída de cabello debido a que el ciclo de vida del cabello se acelera, lo cual va a generar una caída de cabello más rápida de lo habitual. Como consecuencia tendremos un cabello muy quebradizo. En cambio, cuando el paciente sufre de hipotiroidismo, ocurre una caída de cabello crónica debido a que aumenta la fase telógena del pelo (aquella fase donde ocurre la pérdida o caída del cabello). Si estas alteraciones se controlan al administrar tratamientos médicos que ajusten los niveles de las hormonas tiroideas, el cabello podrá retomar su crecimiento normal.

Anemia perniciosa

Este tipo de anemia ocurre cuando hay déficit de vitamina B12, la cual es absorbida por una proteína que se llama factor intrínseco. Una de las causas de la aparición de la anemia perniciosa es a través de un proceso autoinmune que ataca directamente al factor intrínseco o a las células del estómago que lo producen. Al ser una enfermedad autoinmune, naturalmente está altamente relacionada con otras enfermedades de igual aparición como la alopecia areata. De hecho, una de las causas mas frecuentes de alopecia areata es la anemia perniciosa. Debido a esta razón, el tratamiento más indicado en las personas con este tipo de calvicie es tratar directamente la anemia perniciosa lo más rápido posible para que se superen ambas enfermedades y evitar daños mayores.

Estas son solo algunas de las muchas enfermedades que pueden acarrear algún tipo de calvicie en todos nosotros. Lo bueno es que la mayoría de estas son controlables y con tan solo tratar la enfermedad de base se pueden contrarrestar los efectos en el cabello. Es imprescindible estar siempre atento a los cambios en tu cuerpo y en tu cabello. La prevención y la detección temprana de las enfermedades es sumamente importante para garantizar que las secuelas sean menores o inexistentes y asegurar también que el tratamiento sea lo más efectivo posible.

Sin embargo, es importante destacar que un control a tiempo de una enfermedad no siempre va a significar que tu cabello no quede con secuelas tales como alopecia. Si alguna enfermedad ha dejado secuelas en tu cabello y necesitas la ayuda de expertos, te recomendamos que solicites tu cita gratuita aquí para aclarar todas tus dudas.

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¿Nos estamos acercando a la fórmula de la eterna juventud?


Lograr la eterna juventud es algo que todavía suena a ciencia ficción, pero… ¿y si no fuera así? ¿Y si la ciencia diera un paso más allá y vislumbrara un camino?
A día de hoy, el concepto de la eterna juventud sigue siendo una utopía, pero los continuos avances en distintos proyectos de investigación médica permiten que comprendamos cada vez mejor los procesos naturales que provocan el envejecimiento. Y es esta comprensión la que puede conducir a un camino que nos acerque a descubrir posibles procesos de rejuvenecimiento.
Es el caso de las investigaciones relacionadas con el ADN mitocondrial llevadas a cabo en la Universidad de Alabama, en Estados Unidos. En el curso de estas investigaciones se consiguieron revertir con éxito efectos propios del envejecimiento como la pérdida de cabello o las arrugas en la piel, que previamente habían sido provocados ad hoc en ratones de laboratorio.

¿Qué es el ADN mitocondrial y cómo afecta al envejecimiento?

Las mitocondrias son los orgánulos que se encargan de proporcionar la energía que las células necesitan para llevar a cabo sus funciones vitales. Cada mitocondria dispone de su genoma particular, llamado ADN mitocondrial. Este ADN tiene una baja capacidad de reparación, por lo que pueden encontrarse distintas versiones de ADN “mutante” dentro de una misma célula. La acumulación de estas mutaciones a lo largo del tiempo contribuye al proceso de envejecimiento y al desarrollo de enfermedades relacionadas con la edad.
Además de las mutaciones, hay estudios que sugieren una disminución en el contenido de ADN mitocondrial y el número de mitocondrias con los años. Se estima que los seres humanos pierden, en promedio, alrededor de cuatro copias de ADN mitocondrial cada diez años.

El experimento

Los investigadores diseñaron un experimento en el que se utilizaba como activador un antibiótico (la doxiciclina) para inducir la disminución de ADN mitocondrial en ratones. A las semanas de producirse una disminución generalizada de este ADN, los roedores presentaban pérdida de cabello, con un mayor número de folículos pilosos disfuncionales y respuestas inflamatorias, además de arrugas en la piel y letargo, signos todos ellos del proceso de envejecimiento natural que en este caso se había provocado de forma acelerada.
Para corroborar que la disfunción mitocondrial era la causa subyacente de estas alteraciones se trató de revertir el proceso mediante la retirada de este fármaco. Un mes después, las arrugas de la piel y la pérdida de cabello se habían revertido, desapareciendo estos signos de envejecimiento y logrando que los animales implicados en el experimento parecieran relativamente normales en comparación con otros de la misma edad en los que no se les había inducido la pérdida de ADN mitocondrial previa.
Uno de los hallazgos fundamentales de este estudio es que la disminución generalizada del ADN mitocondrial conduce a signos como la piel arrugada y la caída del cabello acompañada de un fenotipo inflamatorio. Tanto la piel arrugada como la caída del cabello son características típicas del envejecimiento de la piel y los cambios fenotípicos asociados al envejecimiento en los seres humanos. Se descubrió a su vez que estos cambios fenotípicos relativos al envejecimiento podrían revertirse en los ratones del experimento al restaurar el contenido de ADN mitocondrial al nivel natural.
Es este último un descubrimiento que no tenía precedentes hasta ese momento y el principal hallazgo de una investigación que abre la puerta a la esperanza de que estos resultados puedan extrapolarse al ser humano.

De ser así, podrían proporcionar la base para el desarrollo de futuros tratamientos preventivos y terapéuticos que, mediante la modulación de las funciones mitocondriales, puedan luchar de forma efectiva contra signos del envejecimiento como la caída del cabello y el descolgamiento de la piel. Un paso más que nos acerca a una ciencia ficción que cada vez se vislumbra más real.