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¿Cómo afecta la nutrición al cuero cabelludo?

La piel y el cabello se ven sumamente afectados por nuestras acciones del día a día. La contaminación ambiental, el estrés, las enfermedades e incluso la nutrición afectan enormemente la salud y el aspecto del cabello. De hecho, una forma bastante sencilla de conocer nuestro estado de salud de forma general es a través del cabello.

En determinadas enfermedades y ciertas circunstancias, el cuerpo humano puede carecer de algunos micronutrientes esenciales, lo cual conlleva un deterioro del cabello. Es por esto que los complementos nutricionales sirven para actuar como ayudas en la dieta de la persona. Asimismo, otra medida eficaz en el mantenimiento saludable del cabello consiste en diversos productos cosméticos diseñados para cada tipo de cabello.

Un examen adecuado del cabello es una herramienta sumamente útil a la hora de diagnosticas algunos trastornos como la anorexia, la bulimia, el marasmo, el síndrome de kwashiorkor y otros trastornos de los cuales no siempre son conscientes los pacientes. En estos casos, el cabello suele no tener un aspecto óptimo debido a dichas alteraciones funcionales. La manifestación de una cabellera enferma se debe puede deber a alteraciones hormonales, infeccionas, digestivas o dietéticas. Desde un punto de vista dietético, una nutrición adecuada es esencial para el desarrollo y el bienestar del organismo, lo cual se traduce en un cabello saludable.

Déficit de macro y micronutrientes

Las necesidades de aminoácidos por parte del cabello son sumamente altas debido a su constante recambio celular. Por ende, la falta de proteínas conlleva una alteración en la producción de colágeno y el tejido conectivo, afectando la salud del cabello.

Por ejemplo, la Taurina, que es un aminoácido no esencial, se acumula en la piel y el cabello, cumpliendo una importante función protectora. Existen muchos estudios donde se demuestra que una suplementación con Taurina es beneficiosa para la salud del folículo piloso.

Por otra parte, la falta de vitamina C reduce o ralentiza la reparación tisular y la dehiscencia de heridas, al ser este un cofactor primordial en la producción del pro-colágeno. La vitamina A también contribuye a la salud del cabello, puesto que también es un cofactor para la síntesis de colágeno y cumple una función importante en la epitelización y la producción del folículo piloso.

Existen muchas otras vitaminas para cuidar la salud de tu cabello y tienen una función importante en mantener un buen estado para tu tejido capilar como la riboflavina (B2), piridoxina (B6), tiamina (B1) y cobalamina (B12).

Otro micronutriente importante es el zinc, el cual se encarga de la síntesis de queratina, epitelización y proliferación de fibroblastos. De hecho, la mayor parte de este mineral se encuentra en el pelo, las uñas y la epidermis. Un signo precoz de déficit de zinc se puede observar directamente en el cabello al ver afectado su crecimiento. Este mineral interviene en la producción de queratina y ácidos grasos esenciales, los cuales protegen el folículo piloso.

Otros micronutrientes esenciales son el hierro, el cobre y el magnesio, los cuales cumplen un rol importante en la producción de un folículo piloso saludable y fuerte.

Antioxidantes nutrientes

Las vitaminas C y E son sumamente efectivas para contrarrestar el efecto de los radicales libres que se encuentran en el medio ambiente. Estos radicales libres, al entrar en contacto con el organismo, pueden generar daños graves en las células de la piel y el cabello en ausencia de los antioxidantes. Dichas vitaminas consiguen convertir los radicales libres en compuestos mucho mas estables que no tienen toxicidad mediante la donación de electrones. Luego, la célula repone estos electrones a las vitaminas para que puedan realizar el proceso nuevamente y neutralizar nuevos radicales libres. Es por esto que es esencial una ingesta adecuada de vitamina C y E, para evitar la acción tóxica de los radicales libres que se encuentran comúnmente en la atmosfera en zonas urbanas muy pobladas.

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La dieta de los superalimentos ¿mito o verdad?

Todos queremos comer mejor y mantener una dieta saludable, quizá por eso ponemos más atención cuando escuchamos la profusión de algún alimento que nos prometen como milagroso y con propiedades curativas. Comer bien es imprescindible para una vida sana, sin embargo, no debemos descuidar una dieta equilibrada sustituyéndola por productos concretos por muchos beneficios que estos nos ofrezcan.

Muchos nutricionistas están de acuerdo en que ningún producto es un superalimento y que todos los nutrientes que necesitamos para mantener una vida sana están en nuestra comida diaria, siempre y cuando esta sea rica en proteínas, minerales, vitaminas, hidratos, grasas y sentido común.
Desde Clínicas IMD siempre nos preocupamos por la salud general de nuestros pacientes y usuarios, somos conscientes de la importancia de una buena alimentación para cuidar la salud. Un ejemplo de ello es la lista de alimentos prohibidos para la caída del cabello que recomendamos evitar todo lo posible. Pero conocer más sobre los superalimentos y sus beneficios pensamos que también resultará útil.

¿Son entonces los superalimentos un mito?

No. No son un mito. Es verdad que hay alimentos que son muy ricos en nutrientes y esa cantidad tan elevada de compuestos esenciales los convierte en suplementos muy completos en nuestra dieta. Sin embargo, por una cuestión de marketing, no se explica que todos esos nutrientes también se encuentran en otros alimentos diarios, que combinados adecuadamente tienen exactamente las mismas propiedades. Por omisión de información podemos ser llevados a engaño creyendo que las bayas de goji o la quinoa son más necesarias en nuestra dieta que la carne, el arroz o las verduras.

¿Cuáles son los superalimentos más populares?

A continuación vamos a ver cuáles son algunos de los superalimentos más conocidos y sus propiedades:

  1. Quinoa: ya hablamos en este blog de la quinoa. Tiene un alto contenido en fibra, minerales, proteínas y aminoácidos esenciales. Sin embargo, este alto contenido de aminoácidos es equiparable al de combinar cereales con legumbres (lentejas con arroz por ejemplo) y con el añadido de que nuestro organismo tiene reservas, con lo que podemos comer legumbres y arroz sin mezclar y el efecto será el mismo que con la quinoa. La carne, por ejemplo, sería el alimento con más aminoácidos esenciales respecto de los mencionados anteriormente.
  2. Bayas de goji: son muy ricas en antioxidantes y vitamina C, gracias a estas propiedades absorben muy bien el hierro. Además contienen vitamina A, fundamental para la vista. ¿El doble rasero? Que cualquier fruto de la misma variedad (moras, frambuesas o arándanos) tiene las mismas características y además se consiguen en nuestro país, lo que abarata el coste de distribución y su consiguiente impacto ecológico y sostenible.
  3. Kale: el kale es una variedad de la col o la berza y también se conoce como col rizada. Tiene un alto contenido en calcio y en vitamina C (más que una naranja) y exactamente igual que sus primas hermanas.
  4. Kombucha: es un té fermentado con azúcar, bacterias y levadura. Esta mezcla es famosa por tener propiedades milagrosas que vienen dadas por su abundancia de vitaminas y minerales. Pero, los estudios microbiológicos han demostrado que los bichos que se fermentan en la levadura contienen lactobacillus, las bacterias que lleva el yogurt o que podemos encontrar en un probiótico cualquiera.

Con lo cual,  no hay evidencia científica de las bondades que se le atribuyen.
Existen muchos más: las semillas de chía, el té de maca o el aceite de coco, por ejemplo, todos con propiedades beneficiosas para el organismo pero no menos que si tomásemos los alimentos que nos daban nuestras madres y abuelas.

¿Y cuáles son los efectos de consumir estos alimentos en nuestro cabello?

Consumir vitaminas en abundancia aporta muchísimas ventajas a nuestra salud por ejemplo la regeneración de las células. Esta regeneración celular está estrechamente relacionada con el crecimiento del cabello. Las vitaminas y minerales también son beneficiosas para el funcionamiento adecuado del riego sanguíneo y la hidratación del pelo. Así que ya sabes, ¡come sano y con sentido común y tendrás una garantía de salud a largo plazo!

¿Es saludable el desayuno inglés?

El desayuno inglés, con su huevo frito, sus salchichas, sus judías y otras tantas peculiaridades, es una comida que rápidamente identificamos. Sin embargo, no hay muchas personas no británicas que se atrevan a meterse entre pecho y espalda semejante cantidad de alimentos. ¿Por qué? En el post de hoy hablaremos de este desayuno hipercalórico y si es justa la fama de poco saludable que le persigue.
Desayuno ingles
¿Qué lleva un desayuno inglés típico? Con una comida con tanta historia como el desayuno inglés es complicado aventurarse a decir qué es un desayuno 100% inglés y qué no lo es, pero sí podemos hablar de lo mínimo que debe llevar un desayuno inglés. Rápidamente podemos recordar el huevo frito, el beicon, un par de salchichas, las judías (baked beans, que son judías blancas cocinadas con salsa de tomate) y algo de pan para mojar. Parece mucho, ¿verdad? Pues esta es la versión corta.
Un desayuno inglés más completo añadiría a todo lo anterior algunas rodajas de morcilla, otras tantas de una salchicha blanca de cerdo, una especie de pastel de patata frita y unas cuantas verduras como champiñones o tomates pasados por la sartén. Que se añadan estos ingredientes o no depende de la región del Reino Unido donde se desayune. Lo que no admite discusión es acompañar todo lo anterior con un café o un . (Todavía hay una variante más: el desayuno inglés con un toque dulce: huevos+beicon+tortitas/gofres)

Punto decisivo: la superficie de los alimentos

El principal pero del desayuno inglés es que todos los ingredientes, salvo las judías, deben pasar por la sartén. Parece una obligación. Hasta el tomate tiene que freírse. Aquí hay un problema, pues las frituras multiplican las calorías de los alimentos. Es una norma que afecta a todos los fritos, pero que es todavía peor con los alimentos que tienen mucha superficie en contacto con el aceite (o la mantequilla).
El problema de los fritos es que absorben aceite, de forma que cuanto más alimento haya en contacto con el aceite, más calorías se añadirán. Por ejemplo, imagina un muslo de pollo grande y jugoso. Y ahora imagina un montón de patatas fritas. El muslo es posible que sea mayor que todas las patatas juntas, que tenga más volumen. Sin embargo, a pesar de ser mayor, tiene menos superficie en contacto con el aceite que las patatas. Retengamos esta idea en la cabeza.
Una buena fritura, la que se hace con freidora cubriendo por completo el alimento con aceite muy caliente, dora rápidamente el alimento de forma que no deja entrar aceite a su interior. Esa costra no sólo está rica, sino que impide que el alimento absorba aceite. La cuestión es que las freidoras no son electrodomésticos tan extendidos en los hogares, así que la mayoría de las frituras se hacen en sartén. Al freír con sartén, el aceite no se calienta tanto como en una freidora, de modo que esta costra no se produce en los alimentos y éstos absorben más aceite. Resultado: más calorías.
desayuno
Pero volvamos al ejemplo. Debido a la mayor superficie en contacto con el aceite, las patatas absorben más calorías del aceite que el muslo de pollo de nuestro ejemplo. Bueno, pues con este concepto claro, imagina ahora qué cantidad de aceite puede absorber una colección de alimentos que son casi planos: el huevo, el beicon, el pan, las rodajas de tomate. ¡Si es que parece pensado a posta! “Traedme los alimentos más planos que encontréis que vamos a freírlos”.

Demasiados embutidos

El origen más probable de esta comida está relacionado con la vida de los obreros ingleses de mediados del siglo XVIII. Los ingredientes de este desayuno son baratos (huevo, salchichas, beicon, patata…), lo que hacía de este desayuno la opción ideal para las clases trabajadoras menos pudientes, las que trabajaban de sol a sol en las ruidosas, sucias y peligrosas fábricas que iban surgiendo según avanzaba la Revolución Industrial. Con turnos de entre 10 y 15 horas y capataces que no dudaban en azotar a los trabajadores si les veían despistados, a los trabajadores ni se les pasaba por la cabeza detenerse para comer. Así que debían desayunar como toros.
No es casualidad que los alimentos del desayuno inglés sean baratos y ultracalóricos. El objetivo era llenarse los carrillos de alimentos que los mantuvieran saciados el mayor tiempo posible, así que las salchichas, las morcillas y el beicon eran necesarios. Lo que nos lleva a las grasas poco saludables y al exceso de sal, inconvenientes habituales de estas carnes curadas y aderezadas con otras grasas para aumentar su sabor.

Versión light

¿Significa entonces que un desayuno inglés sin tanto frito y con raciones mucho más controladas de embutidos sería más saludable? Bueno, habría que hacer algunas variantes, pero, desde luego, mejoraría. Por ejemplo, el beicon, el huevo y la salchicha (habría que olvidarse de la salchicha blanca y de la morcilla) tendrían que pasar por el horno, no por la sartén; habría que olvidarse del pastel de patatas fritas y limitarse a una rebanada de pan de centeno (por supuesto, tostada, no frita); y en cuanto a las verduras, sería suficiente con un toque de horno para calentarlas. Con esto obtendríamos una versión light más adecuada, pero aun con todo, seguiría siendo un riesgo para nuestras arterias.

Influencia de la nutrición en la alopecia

Aunque ya hemos hablado de las claves de una buena alimentación que fortalezca nuestro cabello, conviene incidir en la importancia que tiene la nutrición en la salud de nuestro pelo y, concretamente, en su influencia directa sobre la posible aparición de alopecias en las personas. (más…)