El trastorno bipolar es uno de los trastornos psicológicos más conocidos por la gente en general (aunque sólo sea por el nombre), aunque lamentablemente la mayoría de las personas tiene un idea equivocada de en qué consiste el mismo. Se suele pensar que las personas que presentan un trastorno bipolar muestran diferentes maneras de comportarse a lo largo del tiempo y suelen tener una vida caótica.
¿En qué consiste el trastorno bipolar de personalidad?
Se trata de un trastorno psicológico que afecta emocional (como se siente), conductual (como se comporta) y cognitivamente (como piensa) a la persona que lo padece.
Su característica fundamental es que la persona manifiesta cambios anímicos muy bruscos, pasando de una fase depresiva a otra maníaca. Estos cambios se producen de manera periódica, llegando incluso a invalidar a la persona que lo padece para realizar determinadas actividades de su vida diaria.
Durante la fase depresiva, la persona se siente tan mal anímicamente que puede llegar incluso a no poder levantarse de la cama; por el contrario, durante la fase maníaca, la persona se siente eufórica, no nota cansancio alguno, pudiendo llegar a dormir unas pocas horas al día, dejar su trabajo o endeudarse económicamente.
Desgraciadamente se trata de un trastorno grave que no tiene nada que ver con mostrarse un día alegre y otro triste (que es lo que se suele pensar habitualmente), sino que dichos cambios pueden llegar a durar desde días hasta meses, haciendo que la persona vea mermada su vida social, laboral, así como su salud.
Precisamente, dada su gravedad es muy raro que pueda tratarse sin medicación, siendo habitualmente utilizados:
- El litio.
- El valproato
- La carbamazepina
- La olanzapina.
Las principales características del trastorno bipolar
- No debe confundirse con un episodio emocional de inestabilidad.
- Pueden padecerla por igual tanto hombres como mujeres y se suele diagnosticas alrededor de los 20 años.
- Puede presentar un componente genético, es decir, las personas que padecen este trastorno tiene mayor probabilidad de tener descendencia que presenten el trastorno también. Aunque no significa que se manifieste genéticamente siempre.
- Hay determinadas sustancias, que pueden favorecer el desarrollo de la enfermedad, entre ellas se encontrarían:
- Drogas, como la cocaína, la marihuana, el éxtasis y las anfetaminas.
- Medicamentos, en concreto, algunos que se utilizan para el tratamiento de la tiroides y los corticoesteroides.
- Es habitual que el trastorno aparezca acompañado de otras enfermedades, como pueden ser la diabetes, dolores de cabeza, problemas de corazón, obesidad…
- No debemos confundir el trastorno bipolar con un trastorno de personalidad múltiple o trastorno disociativo.
- Las fases de manía y depresión se pueden producir al mismo tiempo, y no siempre, primero una y luego la otra, es decir, que la persona puede estar sufriendo un episodio de manía y estar llorando a la vez.
- Debe ser tratado farmacológicamente siempre, algo que a veces resulta muy complicado, puesto que cuando la persona se encuentra en la fase de manía, suele negarse a tomarla al sentirse vital y lleno de energía.
Tipos de trastorno bipolar
Se clasifica en cinco tipos diferentes:
- Ciclotimia, se trata de la forma más leve de trastorno bipolar. Los síntomas suelen durar al menos 2 años aproximadamente, durante los cuales se alternan episodios leves tanto de tristeza como de manía.
- Trastorno bipolar tipo I. En él el paciente no siempre llega a experimentar fases de depresión, sino que se caracteriza por la aparición de fases de manía o mixtas.
- Trastorno bipolar tipo II. En este caso el paciente alterna episodios de hipomanía y depresivos.
- Trastorno bipolar no especificado. Se trata de un trastorno con características de dicho trastorno pero que no permite clasificarlo en ninguno de los dos anteriores.
- Trastorno bipolar de ciclo rápido, en el que el paciente sufre cuatro o más episodios de manía-hipomanía y depresión en el transcurso de un año.
Finalmente, no queremos terminar el artículo sin decir que las personas que sufren este trastorno tan conocido y desconocido a la vez pueden ser felices, recibiendo el tratamiento correspondiente. Controlar un estilo de vida saludable junto con el consumo de medicamentos que estabilicen los cambios de humor, pueden ayudar a mejorar de forma notable su calidad de vida.