Tener las puntas abiertas es un inconveniente que todo el mundo ha sufrido, sufre o sufrirá antes o después. Aunque hay casos más agresivos que otros, las puntas abiertas llegan sí o sí al cabo del tiempo, así que es muy recomendable contar con algunos trucos para retrasar su llegada.
Las puntas abiertas no necesitan mucha presentación: si tu melena no acaba en cabellos definidos sino en una amalgama de pelos finos y ligeros, entonces sufres de puntas abiertas. Todo el mundo las sufre así que no hay de qué preocuparse.
Las puntas abiertas son la consecuencia del desgaste del cabello. La punta del cabello es la parte más alejada de la raíz, por tanto la que más tiempo lleva sometida a los daños del entorno y al paso del tiempo.
Una punta abierta es un cabello con la cutícula deteriorada, lo que facilita que el cabello se separe en varios pelos finos y endebles. Imagínate una cuerda. Si es nueva, te costará ver algún hilo suelto. Con el paso del tiempo, la cuerda perderá fuerza y los pequeños hilos que la forman empezarán a romperse y a asomarse del hilo principal. Es lo mismo que ocurre con el cabello.
Pero aunque las puntas abiertas siempre llegan, hay algunas causas que provocan que lleguen antes:
Son los sospechosos habituales del daño a la cutícula. Secadores, planchas, rulos eléctricos atacan directamente la cutícula y la desgastan. Quizá pienses que puedes recuperar la salud de la cutícula con cremas y sérum, que algo hacen, pero lo cierto es que el daño es mucho más intenso que el remedio. Cada vez que usas un electrodoméstico de este tipo, desgastas el cabello y adelantas la llegada de las puntas abiertas.
Los tintes más agresivos afectan directamente a la cutícula, rompiéndola para que penetre el color que queremos. Cuanto mayor sea la duración del tinte, más fuerte es el producto y más daño causa a la cutícula. El resultado de todo esto ya lo conoces.
Las puntas abiertas también son sinónimo de que quizá no comemos como es debido. El cabello necesita una alimentación sana y equilibrada, además de mucha agua. Si faltan las verduras verdes, los frutos secos, la carne, los huevos y el pescado, entonces falta el combustible para tener un cabello sano y fuerte.
Un peine metálico o de mala calidad (por ejemplo, uno de plástico con las púas mal perfiladas) también puede romper el cabello. Serán pequeñas heridas casi invisibles, pero con el tiempo se notarán. Elige peines o cepillos buenos.
Si castigas a tu cabello todas las mañanas frotándolo con la toalla arriba y abajo y aprisionando las puntas unas con otras, estás llamando a la puerta de las puntas abiertas.
Lo más práctico es que visualices los cinco puntos que hemos comentado más arriba y coloques delante de cada uno de ellos un “Huir de…”. Es así de fácil. Más que usar un acondicionador o un caro producto protector o someterte a un tratamiento regenerador, si tu problema son las puntas abiertas, lo mejor es que cuides tu cabello empezando por lo básico. Y eso significa no abusar del secador ni del tinte, comer bien, usar peines de calidad y secar tu cabello posando la toalla sobre él y esperando, sin frotar.
Pero hay algo más. Las puntas abiertas son como las fugas de agua: si no se cierran pronto, crecen. En el caso del cabello sucede algo parecido: si no se corta una punta abierta, la fractura del cabello empieza a extenderse hacia la raíz, dañando el pelo por el camino.
¿Cómo se puede evitar que las puntas abiertas se extiendan? Cortando por lo sano. Literalmente. Ve a la peluquería y pide que te corten las puntas. El peluquero o la peluquera cortarán 2 o 3 centímetros de cabello, que te crecerán en nada, y asunto resuelto.
¿Puedes hacerlo en casa? No lo recomendamos. Primero, porque basta con que un lado del cabello te quede algo más corto para que empieces a igualar por el otro lado, y lo que parecía un corte de pocos centímetros se convierta en un estropicio. La segunda razón es que las tijeras de peluquería están diseñadas para cortar el cabello limpiamente, de modo que si hay una punta abierta ¡zas, corte limpio!, ni rastro. Salvo que tengas unas tijeras de profesional, que no suelen estar al alcance de cualquiera, al cortar no vas a cerrar del todo la punta, con lo que no terminarás con el problema.
En resumen, no puedes evitar las puntas abiertas pero sí retrasar su aparición. Cuida tus hábitos capilares y, cuando veas que tienes puntas abiertas, acude a la peluquería.
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