Tratamientos antiandrógenos para la alopecia femenina

La alopecia androgenética femenina (FAGA) es menos común que la masculina, pero también preocupa. No provoca la caída masiva del cabello, como en el caso de la alopecia andorgénica en hombres, pero sí el debilitamiento del pelo, lo que dificulta el peinado y hace visible el cuero cabelludo. ¿Las mujeres pueden quedarse calvas? No, al menos en la inmensa mayoría de los casos.

Existe un abanico extenso de tratamientos para la alopecia femenina: vasodilatadores como el minoxidil, aunque diversos estudios afirman que sus beneficios no tienen que ver con la propiedad vasodilatadora, el láser capilar de baja potencia y la bioestimulación Transdérmica BET; inhibidores de la enzima 5 alfa reductasa, protagonista en la trasformación de testosterona en dihidrotestosterona (DHT) [ver artículo sobre la alopecia androgenética femenina para conocer la explicación], como el finasteride o el dudasteride, actualmente en fase de investigación porque no hay consenso sobre sus beneficios en mujeres (pero sí sobre sus problemas); o los tratamientos antiandrógenos, de los que hablaremos en este post.
Pero antes de comenzar es importante recordar que la FDA (Food and Drugs Administration), la agencia estadounidense de seguridad alimentaria y medicamentos, considera que el único tratamiento con resultados válidos en una gran variedad de personas es el minoxidil. Esto no quiere decir que los demás no funcionen, sino que sus beneficios sólo son válidos bajo determinadas circunstancias. Si tú padeces alopecia androgenética, o crees padecerla, lo mejor es que consultes con el dermatólogo.
La alopecia androgenética femenina está causada por la combinación de tres factores: herencia genética, vejez y cambios hormonales. Los tratamientos antiandrógenos afectan sólo a uno de los tres factores, pero su eficacia está comprobada bajo diversas situaciones. Su función es reducir tanto la testosterona como la DHT, es decir, reducir el número de hormonas masculinas en el organismo femenino. Por ello, su uso está restringido a mujeres, salvo en aquellos casos donde los hombres busquen precisamente la reducción de sus hormonas masculinas.

Tratamientos antiandrógenos para frenar la alopecia femenina

1. Acetato de ciproterona

Es el tratamiento más extendido en Europa. Es un esteroide –no confundir con esteroide anabolizante o anabólico, que son las sustancias prohibidas en las competiciones deportivas; un esteroide es una sustancia del organismo que tiene una composición determinada; el colesterol es un esteroide, por ejemplo, y también lo son las hormonas sexuales, como la testosterona o la progesterona– cuya función es competir con la DHT, haciendo que el cuerpo prefiera las hormonas femeninas a la DHT. El resultado es que la DHT no afecta al folículo piloso y, en consecuencia, se frena la alopecia androgenética, o al menos la parte causada por el factor hormonal.

2. Espironolactona

Es el fármaco más utilizado en Estados Unidos. Al igual que sucede con el minoxidil o el finasteride, la función original de la espironolactona no es interrumpir la alopecia, sino algo completamente distinto: la espironolactona es un diurético, como el minoxidil un vasodilatador y el finasteride un tratamiento contra la próstata. Sin embargo, tiene propiedades antiandrógenas: impide que el DHT, entre otras hormonas masculinas, se una a sus receptores; o dicho de otro modo: aunque no es tan devastador contra las hormonas masculinas como el acetato de ciproterona, la eficacia de la espironolactona está en que impide que las hormonas DHT entren en funcionamiento. Además de su uso en la FAGA, es muy utilizado para mujeres con problemas de acné o hirsutismo (cabello excesivo en cara, abdomen, espalda o extremidades).

3. Flutamida

Su uso es menos común que en el caso del acetato de ciproterona y de espironolactona. No es tan potente como el acetato de ciproterona, en parte porque no es esteroide, y su uso original es como tratamiento del cáncer de próstata avanzado, pero se ha demostrado que puede funcionar en determinadas circunstancias para frenar el avance de la alopecia androgenética femenina.