La alopecia areata por estrés se caracteriza por la caída de pelo en determinados puntos de la cabeza o del cuerpo (cejas, pestañas, barba…) con formas redondeadas de mayor o menor tamaño, que puede llegar a producir la pérdida total de cabello. (más…)
Qué es la tricofagia: causas y tratamiento
¿Sabías que comer pelo de forma compulsiva es un problema que afecta a millones de personas? Se conoce como tricofagia o síndrome de Rapunzel.
Es un trastorno muy raro que tiene consecuencias graves, está relacionado con dos desórdenes que pueden sufrir algunos niños y adolescentes. La tricotilomanía y la tricofagia, en la primera, las personas se arrancan el pelo y en la segunda, ingieren su propio cabello.
A continuación detallaremos de qué se trata y cuáles son los tratamientos para curar esta condición.
Qué es la tricofagia o síndrome de Rapunzel
Rapunzel es la historia de una princesa con el pelo largo que fue encerrada en un castillo desde niña por una malvada bruja.
Sin embargo, el síndrome no tiene nada que ver con la historia, sino que utiliza el nombre de la protagonista para referirse a la tricofagia, más popularmente conocida como síndrome de Rapunzel.
El trastorno psicológico lleva a quien lo padece a comerse de forma compulsiva su propio pelo.
Como ya mencionamos, esta afección está relacionada con la tricotilomanía, que provoca una obsesión por manipular y arrancarse el cabello. Es muy común que quienes sufren tricotilomanía desarrollen tricofagia.
De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría en su publicación “Anales de Pediatría” la primera descripción del síndrome de Rapunzel fue del cirujano Vaughan ED Jr. en 1968. En la actualidad, solo se han descrito 108 casos pediátricos en el mundo, dos de ellos publicados en España.
Los síntomas de la tricotilomanía, además de la acción compulsiva de arrancarse el cabello, están ligados con el tema psicológico.
Algunos de ellos son sentimientos de alivio al quitarse el pelo, ansiedad, depresión o episodios de nervios. También negar que se sufre tricotilomanía es considerado un síntoma de la patología.
Cuando se registra casos extremos, la enfermedad se transforma en tricobezoar que se trata de la obstrucción del tracto gastrointestinal por acumulación de material no digerido.
Se ha calculado que la tricofagia a nivel mundial solo afecta a una pequeña porción de la población, entre 0.6 % a 1.6 %, aunque no se descarta que los bebés lo puedan desarrollar.
Las personas que sufren el trastorno acostumbran a jugar con el pelo, si es largo lo saborean, lo arrancan y se lo tragan. Estas acciones son inconscientes e incontrolables para ellos.
Se han registrado casos de tricofagia en que los pacientes también se quitan las cejas, las pestañas y el cabello de personas que estén cerca.
Causas de la tricofagia
En realidad, las causas que originan la tricofagia son inexactas.
Al igual que sucede con otros trastornos obsesivo-compulsivos, los estudios indican que se genera por situaciones de depresión, mucho estrés, poca autoestima y ansiedad.
Algunas personas que padecen de tricofagia y tricotomía son víctimas en casos de maltrato psicológico, hambruna o padecen de trastornos intelectuales.
Por otro lado, según el Manual Estadístico de los Trastornos Mentales, la tricotilomanía está considerada como un problema del control de los impulsos que puede aparecer en la primera infancia, pero la mayoría de los casos en la adolescencia.
Consecuencias más comunes de la tricofagia
La enfermedad trae consigo graves complicaciones a la salud de quien la sufre, ya que al consumir grandes cantidades de cabello que no se puede digerir, se almacena dentro del sistema gastrointestinal como bolas, llamadas tricobezoar.
Cuando estas bolas de pelo llegan a ser muy grandes, obstruyen las paredes intestinales generando síntomas como:
- Náuseas.
- Halitosis.
- Vómitos.
- Dolor de estómago.
- Tensión abdominal.
- Sangrado intestinal.
- Estreñimiento.
- Pérdida de peso.
- Diarrea.
Tratamiento para la tricofagia
¿Tiene cura el síndrome de Rapunzel? ¿Se puede tratar? Sí.
La clave está en eliminar las conductas compulsivas de comer cabello y disminuir las causas que lo provocan.
Al tratarse de un problema psicológico, la solución a la tricofagia pasa por la intervención de un especialista en el área que combina la terapia con el abordaje farmacológico:
- Terapia conductual de privación de respuesta. Tiene como finalidad conocer cómo se evita la conducta de comer el pelo.
- Terapia de inversión de hábitos. Consiste en ofrecer alternativas saludables cómo respuesta a la necesidad de la ingestión de cabello. Por ejemplo, cada vez que surge la urgencia de comer pelo, dar un paseo rápido y aplicar técnicas de respiración profunda.
- Terapia cognitivo conductual. Se enfoca en cambiar el comportamiento, sentimientos y pensamientos negativos que producen la enfermedad.
¿Puedo tratar la alopecia si sufro tricofagia?
Sí, para lograrlo necesitas la ayuda de profesionales en psicología y psiquiatría.
Lo habitual es que el paciente aprenda a controlar el impulso nervioso que le lleva a esa práctica que puede provocar baja autoestima y temor a socializar con otras personas.
Si crees que sufres de tricofagia, no dudes en buscar apoyo para recuperar tu salud emocional y capilar.
Para ello, cuenta con el equipo de expertos de IMD. Pide tu cita gratuita, estamos aquí para ayudarte.
Recuperar el cabello perdido es fundamental para cuidar la autoestima
No cabe duda de que la caída del cabello puede deberse a factores físicos. Sin embargo, su influencia en la parte psicológica de las personas es clave, generando en muchos casos problemas de depresión, malestar emocional y, de manera muy habitual un daño a la autoestima. Por eso, los tratamientos que buscan recuperar el cabello perdido que ofrecemos en IMD también trabajan el aspecto psicológico, con un equipo de profesionales que asesoran sobre cómo cuidar la autoestima. Existen numerosos estudios científicos que han establecido una relación directa entre la pérdida de confianza en uno mismo y la pérdida del cabello.
La importancia de cuidar el aspecto personal
La apariencia física es un aspecto fundamental que afecta en cómo es percibido uno mismo. Y por tanto, clave para cuidar la autoestima de mujeres y hombres. Cómo nos sintamos por fuera va a determinar en gran medida nuestra actitud y toma de decisiones en el día a día. Muchos pacientes que acuden a nuestras clínicas dermatológicas por problemas de alopecia lo hacen porque han visto reducida su seguridad y autoestima al perder el cabello, lo que es perfectamente comprensible y muy normal: sentirse cómoda con la imagen personal que se proyecta es parte de un todo que alimenta y fortalece la autoestima.
Algunas claves de por qué es tan importante el aspecto físico para evitar problemas psicológicos
Autoconocimiento:
Es muy importante aceptarse a uno mismo para recuperar la autoestima. Normalmente, la caída del pelo produce un shock en los pacientes pues no se reconocen en su aspecto. En el momento en el que se ven bien frente al espejo pueden afrontar con más seguridad los problemas rutinarios.
Expresar seguridad:
Recuperar el cabello ayuda a mejorar la fortaleza de la rutina diaria. Cuando tienes el poder de lo que comunicas eres capaz de transmitir lo que quieres. La postura corporal, el tono de voz, la mirada… todo se refuerza cuando eres consciente de que tu aspecto es tal y como tú quieres. Al conocer los códigos de tu cuerpo y tus puntos fuertes el éxito está garantizado.
Sin acción no hay cambio:
Emprender cambios en la vida es sinónimo de productividad y resulta muy gratificante pues es una forma de dar sentido a nuestro paso por el mundo. Con el autocuidado podemos sentirnos activos y tomar las riendas de nuestra vida, algo fundamental para que la autoestima se recupere.
La importancia de no abandonarse a uno mismo
Cuidar el peinado, el maquillaje, la higiene personal y dedicarse tiempo refuerza las interacciones sociales. Es evidente que cuando sufrimos alopecia estas rutinas se ven afectadas por eso hay que establecer unas pautas diarias y un esfuerzo para llevarlas a cabo.
- Hacer uso de productos específicos para el cabello que ayuden a fortalecerlo y que se vea más brillante y saludable.
- Tomar vitaminas para el cabello para alimentar posibles carencias de nutrientes.
- Hacer ejercicios para fortalecer la autoestima a través de autocuidados y afirmaciones positivas.
- Someterse a algún tratamiento específico para la caída del cabello siempre bajo la asistencia de un profesional.
Cuando los problemas capilares tienen un componente genético o externo que no depende de nuestras pautas de actuación (se producen por enfermedad o por el efecto de algún fármaco o agente externo) es preciso asistir a un médico profesional especialista en la caída del cabello. Puedes consultar en nuestra web los distintos tratamientos capilares que llevamos a cabo y pedir una cita de manera gratuita para que podamos valorar las causas y la mejor solución para tu problema de alopecia.
Mindfulness para el cabello
Está ampliamente demostrado que gran parte de nuestras afecciones físicas tienen un componente psicológico importante; los trastornos de la piel no son la excepción. La psicodermatología es una de las disciplinas aplicadas en IMD. Con frecuencia, los problemas capilares tienen su raíz en el estrés, la ansiedad y la depresión.
Vivimos en una era de mucho estrés, pero también en una era de información. A lo largo de la historia de la humanidad, las más diversas civilizaciones han desarrollado métodos efectivos para prevenir, combatir y atenuar el estrés y la ansiedad. Una de las que está más en boga es el mindfulness.
¿Qué es el mindfulness?
Existen varias definiciones e interpretaciones de lo que se suele denominar mindfulness; la traducción más común al español es “atención plena”. Hay un consenso sobre el hecho de que se trata de estar presentes en el momento y el lugar, y enfocarse en el ahora. Por lo general, esto suele resultar en una gestión más saludable de las preocupaciones y las tareas de la vida cotidiana.
Si bien no pretendemos abarcar aquí todas las aristas y complejidades de esta técnica, sí queremos dejarte 3 simples ejercicios que puedes practicar en casa para tratar de controlar el estrés y la ansiedad, evitando así que esto pueda repercutir en tu salud capilar.
Pasa revista a tu cuerpo
Mírate como desde fuera y trata de obtener un estado de bienestar corrigiendo tu postura, hidratándote, liberando tensiones, etc. Intenta hacer esto cada hora durante tu jornada laboral. Así, evitarás que las tensiones del trabajo se apoderen de tu cuerpo, desencadenando efectos adversos.
Al principio, necesitarás hacerlo sirviéndote de algún recordatorio, pero con el tiempo lo incorporarás a tu rutina. Esto te llevará a ser más responsable con tu cuerpo y, por lo tanto, a tener una mejor salud.
Elimina las distracciones
El principio del nuevo milenio fue una apología colectiva al multitasking, o la capacidad de hacer muchas cosas al mismo tiempo. Aunque inicialmente se percibió como una cualidad positiva y potenciadora de productividad, con el tiempo se fueron descubriendo sus efectos adversos en la concentración, la eficiencia y hasta en la felicidad y el cerebro mismos.
Por suerte, la tendencia se está revirtiendo, pero bombardeados como estamos de estímulos, ser multitasking ha pasado de ser una elección a ser una obligación impuesta por el entorno. Para recuperar la capacidad de hacer una sola cosa a la vez, es necesaria una reeducación de la mente. Esta tarea de autopedagogía es casi imposible si no se eliminan (o por lo menos se limitan) las distracciones.
Puesto así, parece una tarea titánica, pero “hasta el viaje más largo comienza con un solo paso”, como diría Lao-Tse. Elige un momento y una actividad específicas del día; por ejemplo, el momento de la comida. Apaga el móvil, no enciendas la televisión o la radio ni busques un vídeo en YouTube; en cambio, elige un lugar tranquilo y solitario y hazte con un platillo delicioso. A continuación, empieza a comer pensando únicamente en la comida que te estás llevando a la boca: su sabor, su textura, el efecto que causa en ti, etc.
Una vez que hayas dominado este ejercicio, puedes comenzar a extender la práctica a otros ámbitos de tu vida, incluso cuando haya distracciones por doquier. Esto te permitirá disfrutar más de los momentos que vives, sentir mayor plenitud e, incluso, ejecutar mejor tus acciones: comiendo de forma consciente, digerirás mejor; andando de manera consciente, mejorarás tu postura…
Medita
A pesar de que la práctica ha adquirido un número de adeptos sin precedentes, todavía existen muchos miedos en torno a la meditación entre las personas que nunca la han practicado. El temor más recurrente es no saber meditar.
Se encuentran numerosas aplicaciones móviles gratuitas que puedes utilizar para iniciarte en esta práctica y hacer meditaciones guiadas. También existen distintos tipos y niveles de meditación, solo debes encontrar lo que mejor te funcione y aplicarlo.
Muchos de nuestros pacientes requieren que su problema capilar sea tratado simultáneamente desde dos frentes: el psicológico y el físico. Esto es posible gracias a nuestra Unidad de Psicología. Si crees tu problema capilar está vinculado con factores psicológicos, solicita una cita de evaluación gratuita.
Momnesia: ¿qué es eso?
«¿Dónde he dejado las llaves?», «¿Para qué venía yo a la cocina?» «Me he quedado en blanco». No es que seamos despistadas, bueno, algunas sí, pero hay detrás un motivo mucho más potente. Seguramente cuando terminéis de leer este post, muchas mujeres que seáis madres entenderéis algunas cosas que hasta el momento os desconcertaban.
¿Qué sucede con la memoria durante el embarazo?
Resultará una obviedad, pero cuando nos quedamos embarazadas todo se transforma: se producen cambios en nuestro cuerpo a causa de las hormonas que se apoderan de nosotras y nada vuelve a ser lo mismo. Aunque sepamos que esos cambios van a llegar, no es lo mismo saberlo que experimentarlos.
Otro cambio además del físico, que es el más evidente y del que nadie nos advierte, es que durante el embarazo y después del parto nos comienza a fallar la memoria. Eso que nos sucede se conoce con el nombre de momnesia o amnesia de las madres.
Ahora es cuando algunas o muchas de las que estéis leyendo este post diréis “¡madre mía! ¡ya lo entiendo todo!”.
La amnesia del embarazo la llegan a padecer entre un 50 y un 80% de las mujeres y tiene una explicación desde el punto de vista científico: todos los cambios hormonales que las mujeres experimentan durante el embarazo producen, a su vez, cambios en la actividad y funcionamiento del cerebro, teniendo como consecuencia pérdidas parciales en la memoria a corto plazo (MCP).
¿Cuáles son los detonantes?
Entre las hormonas liberadas durante el embarazo y que producen “estos olvidos” se encontrarían:
- La prolactina
- El estradiol
- La progesterona
- El cortisol
- Y fundamentalmente, la oxitocina.
La oxitocina, también conocida como “hormona del amor”, se libera en grandes cantidades después del embarazo y mientras estamos amamantando a nuestro bebe y, además, es la encargada de establecer esa conexión “tan especial” entre madre e hijo.
El cerebro de las madres, a partir del parto, centra toda su atención en ese vínculo emocional, es lo más importante para ellas en ese momento. Si a esto le sumamos la falta de sueño que acompaña los primeros meses de vida de nuestro bebe, tenemos una especie de niebla a nivel mental o, dicho con otras palabras, nuestra memoria se vuelve “más espesa”.
Por lo tanto, si en alguna ocasión no os acordáis de dónde habéis dejado tal o cual objeto, o vais a alguna estancia de la casa, pero no sabéis para qué, o, de repente, ibas a decir algo, pero te quedas en blanco, no te preocupes y haz como Dori en la película “Buscando a Nemo”: sigue nadando, sigue nadando, nadando, nadando…, porque se pasará con el tiempo.
¿Qué es la misoginia y en qué consiste?
La misoginia se define como el odio, aversión y prejuicio hacia las mujeres y niñas.
Detrás de un comportamiento misógino se esconden multitud de creencias e ideas irracionales que van transmitiéndose generación tras generación dentro del entorno familiar y/o social, provocando discriminación y desigualdad entre las personas que la padecen.
Ideas misóginas
La principal creencia irracional que constituye la misoginia es considerar a las mujeres como seres inferiores frente a los hombres, lo que provoca la idea de que estas deben desempeñar un “rol o papel” determinado dentro de la sociedad como, por ejemplo, quedarse en casa atendiendo los cuidados y las responsabilidades de la familia.
Otra idea misógina es considerar que la mujer debe de estar al servicio del hombre, tratándolas como un objeto, valorándolas por su aspecto físico y utilizándolas con fines reproductivos.
Las personas misóginas muestran una gran cantidad de ideas distorsionadas sobre las personas por el simple hecho de nacer con un sexo determinado. La misoginia se manifiesta en situaciones muy diversas como, por ejemplo, cuando se motiva más a un chico que una chica a la hora de estudiar y realizarse laboralmente, o cuando se adoptan actitudes de maltrato y agresión física y/o verbal hacia una mujer.
Normalmente las personas con actitudes misóginas niegan serlo y se definen como sensatas y cabales, sin embargo, en sus actos diarios muestran esta animadversión hacia las mujeres.
Actitudes que definen la misoginia
Algunas de las características o actos que comparten las personas misóginas en su vida cotidiana y que pueden servir de ayuda para identificarlas son las siguientes:
- Utilizar dos categorías básicas para clasificar a las mujeres: Recatada frente a provocadora, fría frente a emocional, etc.
- Se suele tratar de hombres que necesitan ejercer el control sobre las mujeres en diferentes ámbitos de la vida, bien en el terreno económico, laboral, sentimental, etc. Suelen llevar las riendas a la hora de tomar decisiones e incluso ridiculizan a sus parejas por ello.
- Culpabilizan a las mujeres por todo lo malo que les ocurre en la vida.
- Humillan a las mujeres de manera habitual en diferentes contextos.
Impacto psicológico de la misoginia en quien la padece
Las personas que sufren comportamientos misóginos de manera habitual suelen sufrir graves consecuencias en su salud mental, ya que viven en una realidad distorsionada en la que es más fácil encontrar situaciones de violencia, por lo que su estabilidad emocionalpuede tambalearse.
Uno de los efectos más preocupantes que tiene la misoginia en la salud mental de las mujeres es lo que se conoce como misoginia interiorizada. Las mujeres que la desarrollan llegan a creer que estas ideas son ciertas, lo que les provoca alteraciones de la propia imagen, auto-rechazo, trastornos alimenticios e incluso culpabilidad cuando son víctimas de abusos y/o maltratos.
Estos efectos pueden llegar a ser devastadores si se padecen de manera prolongada en el tiempo, por este motivo, cualquier mujer que crea que está sufriendo comportamientos misóginos en su entorno o es consciente de que tiene ideas arraigadas como consecuencia de una educación misógina, debe de buscar de manera urgente ayuda profesional que le permitirá encontrar bienestar y estabilidad psicológica y poder disfrutar de una vida plena cuya prioridad será el respeto.
Consecuencias emocionales de la menopausia
La llegada de la menopausia se asocia a muchas emociones tanto positivas (para algunas mujeres puede suponer un alivio) como negativas (sin embargo, para otras, puede acompañarse de sentimientos de tristeza y/o ansiedad).
La menopausia suele producirse a mediados de los 40 años, si bien, la inmensa mayoría de pacientes en torno a los 50 años ya comienzan a notar variaciones en sus periodos menstruales. También pueden comenzar a notar cambios psicológicos, como irritabilidad, tristeza, enlentecimiento del pensamiento y lapsos de memoria.
Los cambios hormonales que se producen en la menopausia pueden ser lo que provoquen cambios a nivel emocional, pueden pasar de la tristeza a la euforia en poco tiempo.
Los principales síntomas que acompañan a la menopausia son:
- Menstruaciones irregulares
- Sofocos
- Sudores durante la noche
- Alteraciones en el ritmo del sueño e incluso insomnio
- Cansancio
- Molestias en músculos y/o articulaciones
- Pérdidas de orina
- Disminución de la líbido o deseo sexual
- Sequedad e la piel
- Cambios de humor, irritabilidad
- Ansiedad
- Tristeza y depresión
- Disminución de la autoestima
Consecuencias psicológicas de la menopausia
Diferentes investigaciones han demostrado que entre los 45 y los 65 años es cuando las mujeres gozan de un menor bienestar emocional, comparado con otros periodos vitales, siendo más probable desarrollar síntomas depresivos y ansiógenos que en otros momentos de la vida.
En parte, los causantes del estado anímico deprimido y ansiógeno son los cambios hormonales que se producen en la menopausia, aunque por sí solos no podemos decir que sean los causantes de dichas alteraciones emocionales. Existen muchas mujeres que sufren menopausia y no experimentan ninguna alteración en su estado de ánimo.
El estado de ánimo deprimido durante la menopausia es más probable que se produzca si, además, se combinan con estos otros factores:
- Niveles elevados de estrés
- Presentar sentimientos negativos hacia la vida en general
- Autoestima baja
- Tener relaciones insatisfactorias
- Haber tenido previamente episodios de depresión o bajo estado anímico
- Hábitos de vida poco saludables como no hacer ejercicio físico, fumar o tomar alcohol.
Muchos de los síntomas emocionales que acompañan a la menopausia pueden superarse introduciendo cambios en nuestro estilo de vida, tales como practicar ejercicios que nos enseñen a relajarnos, reducir los niveles de estrés, dejar de fumar y/o beber…En otras ocasiones, es necesario utilizar terapias complementarias, como pueden ser:
- Yoga
- Pilates
- Taichi
- Ejercicios de respiración
- Terapia de relajación
- Mindfulness
- Terapia de reemplazo hormonal, que aunque se usa para tratar los síntomas físicos también se ha demostrado que puede aliviar la ansiedad y la depresión.
La llegada de la menopausia se asocia a muchas emociones tanto positivas (para algunas mujeres puede suponer un alivio) como negativas (sin embargo, para otras, puede acompañarse de sentimientos de tristeza y/o ansiedad).
Los trastornos de ansiedad
La angustia es sentir miedo pero sin saber decir a que se tiene o siente ese miedo. Tanto el miedo como la angustia son respuestas adaptativas necesarias para la supervivencia.
Una respuesta que en principio es adaptiva y favorable al individuo, puede llegar a convertirse en desadaptativa cuando aumenta tanto la intensidad como la frecuencia de la misma, de tal manera que si se hace crónica, hablamos de un trastorno de ansiedad.
La ansiedad se puede producir de dos formas: de manera permanente o intercalada con periodos de normalidad.
Clasificación de los trastornos de ansiedad:
- Ataque de Ansiedad: Consiste en un cuadro de ansiedad, de máxima intensidad cuya aparición es repentina. El paciente no manifiesta síntomas previos a la aparición del ataque y piensa que se va a morir porque no entiende que es lo que le está pasando. Los síntomas corporales de un ataque de ansiedad suelen ser: taquicardia, opresión en el pecho, sudor, palpitaciones, sensación de ahogo, respiración acelerada, nauseas, dolor abdominal, sensación de hormigueo o entumecimiento de las extremidades superiores e inferiores, miedo a morir o a volverse loco. El episodio suele durar unos pocos minutos pero puede prolongarse varias horas.
- Trastorno por Ansiedad Generalizada, se suele caracterizar por síntomas más leves pero persistentes del ataque de ansiedad. Normalmente el paciente suele notar palpitaciones, diarrea, sudor, temblor, dificultad para poder hablar. Es bastante habitual que el paciente presente una combinación del Ataque de Ansiedad y el Trastorno de Ansiedad, es decir, que sufra un episodio repentino y que, posteriormente a este, se muestra alerta ante cualquier estímulo (salir a la calle, utilizar transporte público, etc….). Para poder realizar un diagnóstico de este trastorno es necesario que el paciente lo haya padecido la mayoría de los días, durante no menos de 6 meses, al menos tres de los síntomas citados anteriormente.
- Fobias, se trata de respuestas ansiosas desproporcionadas frente a un estímulo concreto, como puede ser: viajar en avión, a los insectos o animales, a padecer enfermedades graves, a salir a la calle, a espacios cerrados, etc….Entre las fobias, debemos destacar las siguientes:
- Agorafobia, se trata de una respuesta de ansiedad a los espacios abiertos o a aquellas situaciones en las que la huida es difícil. Las personas que sufren este tipo de fobia, al temer sufrir un episodio, acaban por recluirse en casa sin salir.
- Fobias simples, se trata de miedo a estímulos específicos, como por ejemplo, a las arañas (aracnofobia), al agua (hidrofobia), a la sangre (hematofobia). Las fobias específicas o simples se caracterizan por ser miedos irracionales y excesivos que aparecen y desaparecen según la presencia o ausencia del estímulo aversivo. Cuando el estímulo objeto de la fobia está presente, la persona respuesta con un cuadro de ansiedad, desapareciendo este cuando lo hace dicho estímulo.
- Fobias sociales. Es el miedo que presenta una persona cuando se encuentra alrededor o se siente observado por otras personas. Se trata de una fobia que puede aparecer de manera brusca, cuando por ejemplo, la persona ha sufrido una situación humillante o incómoda por parte de terceros o, bien, de forma paulatina.
- Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT). Es un trastorno que se produce cuando la persona ha sufrido de forma real un acontecimiento o episodio en el que su vida ha corrido peligro y, aunque se trate de un episodio aislado, la experiencia es revivida en forma de pesadillas y miedos. También se considera como suceso traumático las catástrofes naturales, las violaciones, accidentes y/o enfermedades mortales, torturas, secuestros….La principal respuesta al evento traumático es volver a experimentar dicho suceso en forma de pesadillas, recuerdos y malestar psicológico al pensar o enfrentarse a situaciones o acontecimientos parecidos. Puede aparecer una incapacidad para recordar determinados detalles del trauma, un desinterés por las actividades que antes resultaban placenteras, desapego afectivo, sensación de un futuro. Suele aparecer de forma aguda y a cualquier edad, inclusive en la infancia. Dichos síntomas deben prolongarse como mínimo durante un mes porque si no es considerado como un Trastorno por Estrés Agudo.
- Trastorno por Estrés Agudo, consistiría en lo mismo que en el TEPT, pero cuyos síntomas tienen una duración inferior al mes. Los síntomas más comunes suelen ser disminución en la expresión de los sentimientos, incapacidad o dificultad para recordar el acontecimiento traumático y despersonalización. Hay una alta probabilidad de que las personas que sufren este trastorno terminen desarrollando un TEPT.
- Trastorno de Ansiedad Inducido por Sustancias. En este caso, la persona presenta síntomas ansiosos como consecuencia del consumo de sustancias (drogas o medicamentos). Los síntomas deben persistir después de un periodo de abstinencia de más de un mes. Suele tratarse de un trastorno transitorio que desaparece una vez que la sustancia ha sido metabolizada y se ha restaurado el equilibrio fisiológico del organismo. Normalmente, las sustancias cuyo consumo producen la aparición de dicho trastorno son el alcohol, la cocaína, las anfetaminas y sus derivados, alucinógenos y cannabis.
- Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Las obsesiones son pensamientos, ideas, sensaciones o sentimientos recurrentes que producen una gran ansiedad. Las personas los perciben como ajenos a su control aunque son conscientes que son productos de su mente. Las compulsiones más habituales son las relacionadas con la limpieza, la higiene personal, las comprobaciones, el orden y los actos repetitivos. Suele tratarse de un trastorno muy invalidante por la gran inversión de tiempo que la persona realiza en el objeto u objetos de obsesión.
TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DE ANSIEDAD
Durante el ataque de ansiedad se suele administrar medicación ansiolítica o tranquilizante para aliviar toda la sintomatología que presenta el paciente. Posteriormente el tratamiento medicamentoso se debe completar con terapia psicológica, fundamentalmente con técnicas cognitivo-conductuales, como pueden ser las técnicas de relajación y los ejercicios de respiración (que son fundamentales para aliviar el miedo y la ansiedad anticipada), la exposición al estímulo aversivo, la desensibilización sistemática.
También es recomendable realizar terapia grupal y familiar que ayudará a que las diferentes personas que forman parte de la vida del paciente de adapten a las diferentes dificultades psicosociales que lleva asociado el trastorno.
La combinación de ambos tratamientos es efectivo en el 80-90% de los pacientes, observándose una mejoría significa aproximadamente a las 8 semanas después de iniciarse el tratamiento.
Las neuronas = Células nerviosas
Las células nerviosas que tenemos en el cerebro se llaman neuronas. Cuando nacemos, lo hacemos con el número total de células que vamos a necesitar a lo largo de toda nuestra vida. Sin embargo, esto no significa que, por diferentes motivos, las neuronas puedan morir.
Sin embargo, también debemos aclarar que nuestro cerebro posee la capacidad de producir nuevas células cerebrales, gracias a un proceso que recibe el nombre de neurogénesis.
Cuando se produce una pérdida importante de neuronas se ven afectadas nuestras capacidad cognitivas, tales como pensar, resolver problemas, prestar atención, etc….
Y es necesario hacer una distinción entre sufrir un daño cerebral y que se produzca una pérdida neuronal. Nuestro cerebro puede sufrir un daño cerebral como consecuencia de sustancias nocivas como el alcohol, y sin embargo no provoca que las neuronas se mueran.
Existen determinadas causas que pueden provocar la muerte de neuronas, que serían:
- Causas neuropsicológicas.
- Causas alimenticias.
- Causas ambientales.
- Consumo de drogas.
- Accidentes cerebrovasculares.
- Falta de oxigeno en el cerebro.
- Traumatismos
CAUSAS NEUROPSICOLOGICAS
Entre Las causas neuropsicológicas que podrían producir la muerte de neuronas, destacarían las siguientes:
- Sufrir un cuadro de estrés, ansiedad y pánico graves de manera crónica.
- Esquizofrenia y/o psicosis.
- Enfermedad de Alzheimer.
- Enfermedad de Párkinson.
- Narcolepsia o ataques repentinos de sueño.
- Disminución de las horas de sueño.
CAUSAS ALIMENTICIAS
- Realizar un desayuno escaso o no saludable.
- Comer de forma compulsiva.
- Hiperhidratación o tomar agua en exceso.
- Deshidratación.
CAUSAS AMBIENTALES
- La contaminación excesiva del aire que respiramos.
- Intoxicaciones por monóxido de carbono.
- Exposición a productos químicos, tales como el plomo, manganeso y
- Utilización de productos en la eliminación de plagas.
CONSUMO DE DROGAS
Entre las que producen mayor destrucción de neuronas destacarían:
- Cocaína.
- Anfetaminas
- Antipsicóticos.
- Tabaco
- Éxtasis
- Consumo de benzodiacepinas durante tiempo prolongado.
- Anfetaminas y metanfetaminas.
- Esteroides
ACCIDENTES CEREBROVASCULARES
Tales como el ictus o el infarto cerebral. Cuando una persona sufre un accidente cerebrovascular, el daño cerebral es gavísimo y las neuronas pueden continuar muriéndose aunque la circulación sanguinea se haya restablecido.
FALTA DE OXÍGENO EN EL CEREBRO
Como ocurre en el caso de:
- La hipoxia cerebral, en este caso las neuronas no están recibiendo la cantidad de oxígeno necesario y por eso mueren.
- Apnea del sueño, en la cual también el aporte de oxígeno a las células nerviosas disminuye y, en consecuencia, están terminan muriendo.
TRAUMATISMOS
Entre ellos:
- Conmoción cerebral, como consecuencia de accidentes que son imprevisibles: de tráfico, practicando deporte…
- Contusión cerebral, en este caso se produce un “cardenal” en el tejido del cerebro.
- Latigazo cervical, es el algo muy frecuente en los accidentes de tráfico, en el que hay un desplazamiento fuerte y brusco de la cabeza primero hacia delante e inmediatamente hacia detrás.
- Zarandear la cabeza de forma brusca.
Aunque todas estas causas son capaces de producir la muerte de neuronas, también debemos decir que nuestro cerebro posee la capacidad de “sanarse” así mismo y generar nuevas neuronas. También es cierto que hay otras “causas saludables”, como la práctica de ejercicio diario, una alimentación sana….que también favorecen la regeneración neuronal.
Cómo aprender a relativizar los problemas
Sois muchos los que me preguntáis que hacer o cómo actuar cuando tenéis un problema que no os podéis quitar de la cabeza. Por este motivo he pensado que el post de esta semana podría versar sobre este tema que “tantos quebraderos de cabeza” os produce. No se trata de tener un problema importancia y quitarle importancia, todo lo contrario, se trata de aprender a relativizar las cosas que nos suceden y de esta manera, aprender si son urgentes, importantes o pueden esperar.
Relativizar significa “comparar o poner en relación una cosa con otra”; por este motivo, el mismo problema no es percibido de la misma forma por personas distintas; mientras que para una persona puede parecer algo insalvable, para otra no puede tener la más mínima importancia.
¿Por qué? Pues porque la percepción de los problemas que cada persona hace viene determina por la valoración que hace de los mismos, y, esta valoración, a su vez, dependerá de nuestras experiencias y vivencias pasadas.
Entonces, ¿que sucede con aquellas personas que se preocupan excesivamente por todo o hacen una montaña de un grano de arena?. Pues lo que sucede es que no saben relativizar sus problemas y llegan a tomar decisiones incorrectas.
Vamos a hacer un repaso por una serie de técnicas que nos enseñen a resolver los problemas, empezando por las más sencillas y terminando por alguna “más elaborada”.
- El primer mundo: Dependiendo del lugar en el que vivamos las que cosas que nos preocupan son completamente diferentes. Por ejemplo, problemas del primer mundo serían: olvidarse de poner la lavadora, que el móvil se quede sin batería, estar en un atasco en la autopista….Cuando te asalten alguno de estos problemas, piensa en sí para el resto de las personas, del tercer mundo por ejemplo, serían tan importantes, sobre todo porque ellos no las poseen, su máxima preocupación es poder hacer una comida al día. Por lo tanto, piensa si pueden esperar y cambia el discurso.
- ¿Qué le dirías a un amigo que tuviese tú mismo problema?. Cuando algo nos sucede parece que el mundo se acaba y no hau nada más importante que aquello que nos preocupa; sin embargo, cuando el mismo problema lo tiene otra persona, enseguida somos capaces de darle un consejo o recomendación de cómo solucionarlo. Pues bien, ahora que ya tienes la solución, aplícatela a ti mismo.
- ¿Qué te llevarías a una isla desierta?. Si el motivo de tu preocupación es un objeto, cosa o persona que te llevarías a una isla desierta, estoy de acuerdo en que te preocupes por ello, pero si no es así, deja de perder el tiempo y comienza a disfrutar el momento.
- La importancia de la respiración. Para ello nada mejor que la metáfora del joven y el gurú, que dice así:
METÁFORA
“Había un joven que deseaba tener éxito y tener mucho dinero, fue con un gurú y le dijo:- ¡Quiero estar en el mismo nivel que tú!
Y el gurú le dijo:
– Si quieres estar al mismo nivel que yo ¡Te espero mañana en la playa!
El joven llego a la playa a las 4 am, listo para trabajar, con su ropa deportiva, con sus pantalones cortos. El gurú le agarro de la mano y le pregunto:
– ¿Cuánto deseas tener éxito?
El joven respondió:
– ¡Más que nada en el mundo!
Y el gurú lo llevo al agua. Cuando estaban en el agua, lo llevo a lo más profundo, y el joven pensó:
– ¡esto es una locura!
Entonces el joven le dijo:
– ¡Hey! yo lo que quiero es dinero, ¡no quiero aprender a nadar! ¡ no quiero ser socorrista!. Yo lo que quiero es dinero y éxito.
El gurú le respondió:
– Nada más adentro, más profundo.
Y el joven volvió a pensar que el gurú estaba loco, que sabe cómo hacer dinero, pero está loco.
Y le dijo:
– Ven más profundo, ¡nada más adentro! Pensé que querías tener éxito.
– ¡Si quiero!
– Entonces ven más profundo.
Cuando se acerco, le cogió de la nuca, metió su cabeza en el agua y la mantuvo ahí adentro. Lo mantuvo con la cabeza en el agua hasta que el joven estaba a punto de ahogarse, apunto de desmayarse, y entonces le dejo que sacara la cabeza.
Y el gurú le dijo:
– Tengo una pregunta ¿En qué estabas pensando cuando tenías la cabeza en el agua?
– ¡Sólo pensaba en respirar!
– Cuando tú quieras tener éxito con la misma fuerza que deseabas respirar, entonces ¡tendrás éxito!”
Moraleja: respirar es más importante que cualquier otra cosa, porque si no lo hacemos, ¡nos morimos!.
- Si ese mismo problema lo tuvieses al mismo tiempo que una enfermedad, ¿te seguiría importando tanto?. Normalmente, cuando no nos encontramos bien, el resto de problemas parecen tener menos importancia de la que nos parecía en principio. Si la respuesta a la pregunta anterior es negativa, entonces no pierdas más el tiempo con dicha preocupación y ¡a otra cosa, mariposa!.
- Compara el problema que ahora te preocupa con otras situaciones también problemas que te hayan sucedido en el pasado. A lo largo de la vida suceden gran cantidad de imprevistos y problemas que tenemos que solucionar. Si el problema que ahora te angustia se parece a algo parecido que hayas superado en el pasado, entonces ¡tira para adelante!.
- ¿Qué es lo peor que podría sucederte tomando esa decisión en la que te estás pensando? La inmensa mayoría de las veces tendemos a exagerar nuestros miedos, y luego casi nunca es para tanto. Esta es una de las formas que más me gusta utilizar para relativizar nuestros problemas. Y si la respuesta a esta pregunta es “podría morirme”, es hora de que pasemos al último punto.
- Y si hoy fuese el último día de mi vida ¿Qué haría en estas últimas horas?Seguramente en lo que menos pensarías sería en el problema que te ocupa…..pero no hay que llegar a ese extremo para darse cuenta de lo que tiene realmente importancia.
Así que no llegues a este último punto y ¡relativiza lo que te suceda!