Numerosos estudios confirman la relación de alopecia androgénica con el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
La calvicie puede ser por la actividad de la hormona sexual masculina, la testosterona, y de su metabólico activo, la dihidrotestosterona, una actividad hormonal conocida como androgenética, y que ésta es posiblemente un factor determinante de la formación de las placas de ateroma que obstruyen, a las arterias coronarias (ateroesclerosis coronaria).
Los elevados niveles de insulina encontrados debido a la resistencia a su acción periférica favorecen la aparición de diabetes y de obesidad, a la vez que incrementan el efecto de los andrógenos a nivel de los folículos pilosos.
La alopecia androgénica se caracterizada por una pérdida de pelo en el área frontal y en el vértice de la cabeza causando una miniaturización de los folículos pilosos influyendo así la testosterona, la hormona sexual masculina, como en la femenina, en la que se suele conservar el pelo frontal, pero su alopecia es más difusa. De ahí que suela ser más frecuente la alopecia androgénica masculina que la alopecia androgénica femenina.
Ante un caso de calvicie genética, lo más importante es evaluar el riesgo cardiovascular e iniciar un tratamiento preventivo para evitar una posible enfermedad coronaria.
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