«El cabello es un material fantástico; es repulsivo, erótico, hermoso y estético a la vez».
Simon Schubert
Una de las grandes tendencias del siglo XIX fue la elaboración de pequeñas piezas de arte que utilizaban cabello humano. Las técnicas y las costumbres del período victoriano cayeron en desuso, pero eso no significa que el arte capilar haya desaparecido por completo. Sirviéndose de motivos más conceptuales y fibras sintéticas más abundantes, numerosos artistas contemporáneos han explorado el territorio capilar en sus trabajos. Aquí presentamos tres ejemplos que vale la pena destacar.
Simon Schubert
Este artista alemán, nacido en 1976, es ampliamente conocido por sus obras de papel plegado.
En 2006 sorprendió con esculturas que representaban figuras femeninas completamente cubiertas de su propio cabello y recostadas en bañeras o volúmenes que recuerdan ataúdes y tumbas.
Imagen propiedad de Galerie Thomas
Jessica Wohl
La artista estadounidense radicada en Tennessee, donde enseña dibujo y pintura en la universidad, realizó una intervención en un hotel abandonado en Arkansas. Utilizando cabello sintético, cubrió las escaleras del edificio, como si durante los 20 años de su abandono, la estructura hubiera seguido con vida, produciendo cabello. El proyecto se llamó Mountanaire Hotel y, según Wohl, crea una sensación de misterio, miedo e incertidumbre.
La artista franco británica, nacida en 1972 y actualmente radicada en Londres, es bien conocida por su trabajo relacionado con el movimiento post digital. Sin embargo, la obra que la llevó a ser una artista reconocida tenía un origen más íntimo y analógico: la infancia.
Durante su niñez, Anderson pasaba largos períodos sola en casa, durante los cuales mitigaba la ansiedad por separación de su madre enredando hebras de su cabello alrededor de sus dedos y, más adelante, en objetos y muebles de la casa. La artista repitió la experiencia infantil a gran escala dejando caer una cascada de cabello rojo, como el suyo, por las paredes de la Royal Opera House, a través de las ventanas de la Galería Riflemaker y alrededor de la torre de la cinemateca de París. En 2011, también envolvió la casa de Sigmund Freud en fibras similares para su obra Housebound.
En su trabajo posterior, Memorised objects, Anderson ha usado hilo de cobre como un guiño a su cabello.
Desde el Ice-Bucket Challenge hasta el balconing, en los últimos años hemos asistido a una alarmante cantidad de tendencias virales más o menos peligrosas. Ahora muchos blogs de belleza y estilo de vida han empezado a recomendar técnicas alternativas de lavado de cabello, como el co-washing. Y, aunque estamos muy lejos de los efectos nocivos que podría tener saltar de un balcón, esta es otra de esas recomendaciones del internet que hay que mirar con cuidado.
¿Qué significa co-washing?
La etimología latina del término parecería sugerir que se trata de una especie de lavado colaborativo, pero lo cierto es que co-washing viene del inglés conditioner washing: lavado con acondicionador. Es decir, que no se usa champú.
¿Es realmente un lavado?
El co-washing es un lavado en cuanto el pelo se moja, se trata con un producto y luego se aclara; pero a la vez no lo es, porque no se usa ningún detergente. En realidad, el agua eliminará parcialmente la suciedad del pelo, dando una sensación de limpieza y frescor, pero el producto actuará mayormente en la hidratación del mismo, no en su limpieza. Se podría decir entonces que es una técnica para espaciar el verdadero lavado del cabello, al tiempo que se nutre y suaviza.
¿Cómo se hace?
Se aplica una generosa cantidad de acondicionador sobre todo el cabello, incluyendo el cuero cabelludo. Se masajea suavemente y se deja actuar unos minutos. Luego, se aclara con suficiente agua y voilà: co-washed hair.
Es indispensable lavar el pelo de manera tradicional al menos un par de veces al mes para eliminar la grasa y suciedad.
¿Por qué se hace?
Las personas que han empezado a practicarlo lo adoptan porque tienen un pelo muy reseco o difícil de manejar, bien sea por su constitución natural (pelo rizado) o por otros factores (como teñido) . A diferencia del lavado con champú, el co-washing no aporta un aspecto de cabello recién lavado, sino lo que se conoce como “pelo del segundo día”; es decir, un cabello que ha recuperado parte de sus aceites naturales, y aparece más manejable, libre de frizz y con un movimiento más natural.
Advertencia
¡El co-washing no es para todo el mundo! Como es de suponer, esta técnica propicia la acumulación de grasas, tanto en la fibra capilar como en el cuero cabelludo, por lo que puede resultar extremadamente contraproducente para personas que tengan problemas de seborrea u otros tipos de problemas dermatológicos en el cuero cabelludo.
Como siempre, la recomendación es consultar a un experto antes de adoptar cualquier hábito higiénico que pueda alterar la salud capilar.
Todo comenzó con el Rey Sol. Hacia 1680, Luis XIV de Francia hizo instalar cortinas especiales en sus aposentos, pues solo su peluquero personal podía verlo sin peluca. El Palacio de Versalles contaba con 40 personas encargadas de confeccionar estos accesorios capilares para el rey. El monarca heredó el gusto de su padre, Luis XIII, quien empezó a usar pelucas debido a su prematura calvicie. Como es natural, la moda se extendió a la aristocracia; y, como Francia es la cuna de la moda, le siguió toda Europa.
Material para la elaboración de pelucas y extensiones
Por lo general, las extensiones y pelucas se fabricaban con cabello humano, pero también se utilizaba pelo de animales, especialmente de caballo y cabra, o fibra de algodón. De la mano con el Barroco, y posteriormente con el Rococó, las extensiones de pelo se usaron para crear peinados elaborados, ricos en ondas, bucles e incrustaciones (de joyas y otros objetos más o menos extravagantes… ). Sin embargo, pronto los motivos se hicieron más complejos y requirieron tanto estructuras más complicadas como tiempos de preparación más dilatados. Así fue como inició la era de las pelucas.
La era de las pelucas
Este era un gusto masculino; no fue sino hasta 1770 que la mayor parte de las mujeres también empezó a usar pelucas. Los franceses perfeccionaron tanto el arte de la peluquería que los métodos que desarrollaron para confeccionar las pelucas, alrededor de una red de seda, son los mismos que se emplean hoy en día, ¡tres siglos después!
Pelucas como símbolo de status
La tradición peluquera fue particularmente fuerte en Inglaterra, donde -más allá de la moda- hubo otro factor determinante para su popularización: la reputación. En esa época, el cabello largo era un símbolo de estatus, y la calvicie podía arruinar en un instante a la mejor de las familias. Pero eso no parecía importarle a la sífilis, que también estaba bastante de moda por esos días. La ceguera y la demencia ocasionadas por la enfermedad eran otro asunto, pero el inconveniente de la pérdida de pelo se vio remediado a la perfección por las pelucas.
El auge de las pelucas en el siglo XVIII no fue solo un cambio estético, sino que ocasionó una movilización social, económica y laboral importante. El uso de pelucas grandes y elaboradas modificó los hábitos de uso de sombreros, haciendo entrar en crisis a todo ese sector económico, que no solo se vio reducido, sino que tuvo que adaptar su diseño y producción para que fueran compatibles con las grandes estructuras peludas sobre las que debían posarse.
De barberos a peluqueros
A pesar de que solo el 20% de la población podía costearse la moda capilar del momento, la riqueza de ese sector era tal que la industria fue floreciente. Los barberos pasaron a ser peluqueros, y aumentó tanto el número de personas que querían practicar el oficio, que se estableció un sindicato de peluqueros. Para ser miembro, se debía superar un examen y pagar impuestos especiales. ¡Pero valía la pena! Un peluquero podía recibir un salario anual tan perfumado y ostentoso como las pelucas que fabricaba, como el peluquero Baulard, quien le fabricaba una peluca distinta al día a la condesa de Matignon.
Las pelucas también modificaron la manera de usar los espacios habitacionales. Desde 1715, cuando se empezaron a empolvar las pelucas con almidón, se reservaba una sala de la casa para la toilette. Mientras los señores cubrían sus rostros con conos, los peluqueros engrasaban, empolvaban y perfumaban abundantemente sus cabelleras postizas. Las pelucas de los hombres eran blancas o grises, y las de las mujeres eran de tonalidades pastel.
Artículos de lujo
En las calles, los robos de pelucas se pusieron a la orden del día. Los métodos de robo eran tan sofisticados como los codiciados suplementos capilares: un hombre alto transportaba una bandeja de carnicero sobre la que iba escondido un niño o un mono, uno de ellos era el encargado de apoderarse de la cabellera postiza. El dueño de la peluca se encontraba, entonces, comprensiblemente confundido por su repentina calvicie. En ese momento, un cómplice se aproximaba a él con la excusa de asistirlo, pero su verdadero objetivo era distraer la atención de los dos actores del delito que, mientras tanto, se alejaban raudos con el botín, pasando desapercibidos entre la muchedumbre.
Los peinados altos y voluminosos de las mujeres llegaron a ser un problema, pues no pasaban por las puertas. Para remediar el hecho, se construyeron verdaderos sistemas de ingeniería con los que la dama podía reducir momentáneamente la altura de su cabellera. Las pelucas femeninas también se convirtieron en un motivo de disputa en los lugares de sociedad, como el teatro, donde -va de lógica- obstaculizaban la vista de los espectadores.
La llegada de la Revolución Francesa y sus nuevos ideales sociales hizo rodar la cabeza de los monarcas, pelucas incluidas. En una sociedad que pretendía ser igualitaria, la diferencia social evidenciada por los armatostes de pelo ya no venía al caso, por lo que cayeron en desuso. Por su parte, los ingleses, más pragmáticos, abandonaron la costumbre debido a la imposición de un alto impuesto. En la actualidad las pelucas son una perfecta alternativa para alopecia temporales (por un tratamiento como la quimioterapia) o definitivas. El resultado puede ser completamente natural u ofrecer un cambio de imagen. El objetivo al fin y al cabo es que cada persona se sienta bien.
Ayer fue la noche más esperada del año en Hollywood, la entrega de los premios Oscar. El glamour, el estilo y, grandes dosis de talento, desfilaron por la alfombra roja para recoger su ansiada estatuilla.
Hoy, queríamos hacer una dedicación especial a los peinados que anoche lucieron las invitadas al evento.
Recogidos sencillos pero rebosantes de elegancia
Si hay una tendencia que ha destacado este año en cuanto al look capilar de las invitadas han sido los recogidos. Moños despeinados, engominados, raya en medio, accesorios… una gran variedad de estilos con un denominador común: el cuello al aire y el pelo recogido. Vamos a ver cuáles han sido los que más nos han impresionado: Marta Nieto
La actriz española protagonista de “Madre”, la cinta nominada a mejor cortometraje nos deslumbró con un look de novia que será tendencia este 2019. No solo el vestido nos conduce al altar, también su peinado: un recogido bajo con raya al medio que termina en la coronilla. https://www.instagram.com/p/BuSKNJQnmL7/?utm_source=ig_web_copy_link Lady Gaga
La cantante, siempre tan provocadora, eligió un recogido más clásico. Tan clásico que recuerda al icónico moño de Audrey Hepburn. En un reconocido homenaje a la actriz, Lady Gaga lo lució con un color más atrevido. https://www.instagram.com/p/BuSYAminjho/?utm_source=ig_web_copy_link Emma Stone
La actriz optó por un recogido con raya al lado muy sencillo y al mismo tiempo acertadísimo con el vestido. Además, el peinado le queda deslumbrante en sus facciones, tan dulces. https://www.instagram.com/p/BuSf434HrGG/?utm_source=ig_web_copy_link Ashley Graham
El recogido de Ashley Graham además de ser elegantísimo y fácil de hacer contiene un elemento estrella: el lazo negro. Parece una obviedad pero fijaos en lo femenino y seductor que resulta. ¡Y es de terciopelo! https://www.instagram.com/p/BuSJywmA5Eg/?utm_source=ig_web_copy_link Emilia Clark
En esta ocasión la reina de dragones se ha desprendido de las trenzas y la melena rubia para sorprendernos con un estilo totalmente opuesto: el pelo muy corto peinado hacia atrás y recogido detrás de las orejas. El toque final es la aplicación de algo de volumen ahuecando el fondo. https://www.instagram.com/p/BuSCabsglFG/?utm_source=ig_web_copy_link
¿Te gustan los recogidos? ¿Hay algún peinado de la pasarela que te haya encantado? ¡Cuéntanoslo todo en comentarios!
Estamos en plena Semana de la Moda Masculina de París donde estos días se presentan las colecciones de otoño/invierno 2019 de las firmas de moda masculina más prestigiosas del mundo. Desde nuestro blog de IMD , como adoramos todo lo que tenga que ver con peinados y cabello, hemos puesto el foco en este gran desfile parisino para destacar cuáles son los estilos capilares que más nos han impactado y de paso, echar un vistazo a las tendencias que nos esperan el próximo otoño e invierno.
Valentino
La firma de moda italiana a cargo de su director creativo Pierpaolo Piccioli nos ha seducido con este estilo en el que, ambos modelos, desfilan con un corte por debajo de oreja con raya lateral. https://www.instagram.com/p/BswQg3shpN2/
El pelo rizado es tan codiciado para los/las que tienen el pelo liso como al contrario, quien tiene rizos desea un cabello como una tabla o al menos, se lo cambiaría por lo menos alguna vez al año.
El cabello lacio suele ser muy difícil de moldear y en ocasiones unas ondas ya son más que suficientes para verse diferente. El problema son los métodos de moldeado que no son muy sanos para el pelo y pueden deteriorarlo y volverlo más seco y apagado.
¿Por qué los rizadores de pelo dañan tu cabello?
La respuesta es corta y directa: los productos químicos y el calor que se aplica posteriormente dañan la estructura del cabello volviéndolo endeble y seco. La explicación más larga y técnica es que los moldeadores o la permanente penetran en la composición del cabello y rompen su estructura para después volverla a unir forzándola a crear una apariencia que no es su forma natural.
Aun así no es imposible, puedes rizar tu cabellera ocasionalmente y sin miedo a quedarte sin pelo. Todo consiste en hacerlo con un poco de sentido común y con los siguientes trucos que te daremos a continuación.
Cómo rizar tu pelo de manera menos agresiva
Los métodos tradicionales, si los realizamos con delicadeza y mimo, pueden ser muy eficaces y menos dañinos que aplicar técnicas permanentes.
El inconveniente es que duran menos y tendrás que hacerlo con más frecuencia pero te aseguras mantener la vitalidad de tu pelo. Eso sí, como todo, es relativo y hay que valorar los pros y contras. Si tienes que hacerte cada día una trenza, moñitos, o aplicarte rulos, es muy probable que te desesperes por el tiempo invertido y tu cabello acabará por romperse al someterlo repetidamente a tirones y enredos. Así que ya sabes, ¡con moderación!
Rulos tradicionales
Este invento fue patentado por el peluquero alemán Karl Nessler nada más ni menos que en 1905. Fue toda una revolución entre las damas acaudaladas de la época que acudían de toda Europa para experimentar con su cabello. El invento, en sus inicios, era muy rudimentario, consistía en un rodillo de metal tratado con sustancias químicas al que se le aplicaba calor excesivo durante diez minutos. No eran pocas las valientes que chamuscaban su pelo en el intento.
Afortunadamente, la técnica ha evolucionado y es mucho más seguro acudir a la peluquería para hacerte un moldeado (al menos sin riesgo de regresar con el pelo incinerado). Lo que sí es cierto es que aplicar calor directo frecuente, tal y como explicábamos en este post, no es muy recomendable y menos si no se toman ciertas precauciones como mantener una cierta distancia o utilizar boquillas o difusores.
Otras alternativas
Sin embargo, existen otros métodos de rizado con rulos de goma o tubos mediante los cuáles no es necesario aplicar calor y se puede hacer sencillamente en casa. El cabello se enrolla alrededor de estos tubos o cilindros y se sujeta con pinzas (también existe una versión de rulos con velcro que no requiere de complementos para asegurar el cabello sino que se sujetan solos). Si se retuercen los mechones de pelo antes de enrollarlos sobre el rulo se consigue un poco más de onda.
Es mejor dejarlos secar al aire y cuando el pelo esté seco soltarlos con cuidado sin tirones. Cuanto más tiempo los dejemos mejor.
Otra opción para rizar el pelo de manera natural, esta vez sin ningún tipo de artefacto, es hacernos pequeños moñitos con el cabello húmedo hasta cubrir toda la cabeza. Al igual que al prepararnos los rulos, primero enrollaremos el pelo en pequeños tirabuzones para luego enrollarlos sobre sí mismos y agarrarlos con horquillas sobre nuestra nuca. Los dejamos secar y los soltamos con cuidado, el efecto es sorprendente, pero debemos tener mucha paciencia y no quitarlos antes de tiempo.
Para ambas opciones suéltalas peinando con los dedos. ¡Nunca con un cepillo!
¿Y tú, has probado alguna vez a rizarte el cabello de forma natural? Comparte con nosotros tus trucos.
Puede que sea nostalgia pero lo cierto es que cada vez es más evidente que de cualquier manera, los clásicos están volviendo y vamos a demostrártelo. Reebok classic:
Clásico reinventado y mejor calidad en su material, pero lo cierto es que esto es una evidencia de que lo clásico, nunca pasa de moda. Pantalones de campana
Ya fueron un must la temporada pasada y lo son de nuevo y con más intensidad en esta temporada. El pantalón de campana jean o de pana, vuelve a las pasarelas y a los escaparates de nuestras tiendas favoritas ¿eres de las que se atrevió a volver? Las gafas de pasta
De sol y graduadas, estos modelos se reinventan desde hace años y cada vez más. Grandes, de carey, de pasta, negras, redondas, cuadradas, con goma detrás. Infinidad de modelos favorecedores a nuestro alcance. Collares trenzados
Esta moda de los 90 que muchas detestamos al recordar en nuestras fotos del instituto, ha vuelto más fuerte que nunca. Impacta mucho ver a adolescentes con pantalón de campana y largas melenas rubias combinando este estilo de los 90. Y es que, combinar tendencias ya es una tendencia en si, solo se trata de elegir que es lo que mejor nos queda. Peto de pana
Quizá en un formato short, los petos de pana acompañados de tops ajustados de rallas o blusas con lazo son un hit esta temporada. También existen en formato pantalón. Ambos ideales y favorecedores para un look más casual o uno más formal.
Y desde aquí, hata los filtros en las fotografías en blanco y negro, los vídeos con filtro de súper 8, la barba, los tatuajes old school, el flequillo, la música. Los clásicos se impusieron y no hay quien pueda contra ellos, a nosotros además. Nos encanta.