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Genética y calvicie: ¿de tal palo, tal astilla?

Desde que la medicina empezó a fijarse en los antecedentes genéticos de los pacientes, se ha avanzado muchísimo en la prevención, detección y tratamiento de enfermedades de todo tipo. Naturalmente, así como es posible adelantarse a saber de qué color serían los ojos o el cabello de los hijos de una determinada pareja, también se puede saber cómo será la salud de su pelo con solo echar un vistazo al libro de familia que viene inscrito en su código genético.
En Brünn (1865) un fraile agustino llamado Gregor Mendel les contó a sus colegas que había estado mezclando diversos tipos de semillas de guisantes y que había observado ciertos patrones de reproducción, descubriendo que algunas plantas podían transmitir determinadas características a sus descendientes y otras no. Como era de esperarse de una persona que se pasa todo el rato jugando con guisantes de distintos colores, sus compañeros no le hicieron mucho caso en ese momento, pero fue él quien sentó las bases de la medicina genética, gracias a las cuales hoy se puede diagnosticar el riesgo de caída del pelo en una persona y anticiparse a él. Identificar un problema de calvicie genética resulta mucho más fácil para los expertos en salud capilar, algo que ayuda a anticipar problemas y tratarlos lo antes posible.

Ciertos individuos son capaces de transmitir un carácter, aunque en ellos no se manifieste

Así reza la segunda ley de Mendel, que explica el hecho de que muchos hombres se despisten pensando que no sufrirán de alopecia porque sus padres gozan de una cabellera frondosa. Sin embargo, por lo general, las mujeres no suelen manifestar alopecia, aunque sea su línea genética la que transmite el gen de la alopecia masculina. Si la madre no tiene hermanos, entonces habría que fijarse en los hermanos varones de la abuela materna para adivinar una futura alopecia en el hijo.
En cualquier caso, estas observaciones, más bien precarias, pueden no ser demasiado fiables, puesto que existen muchísimas variables que se quedan por fuera y que no son perceptibles a la vista. Es por esto que en centros especializados en salud capilar como los nuestros, se aplica el test genético capilar trichotest, que analiza 48 variaciones en 16 genes relacionados con los diferentes tipos de alopecia que afectan al ser humano. Esta prueba es capaz de diagnosticar la alopecia androgenética, areata o efluvio telógeno en hombres y mujeres, ya sea visible o no. La prueba se hace con una toma de mucosa bucal, sin agujas y sin dolor.

Al conocer la raíz de la enfermedad y las condiciones genéticas de quien la sufre, los especialistas cuentan con información suficiente para diseñar un tratamiento muy específico para el paciente, en el que incluso pueden decantarse por vía oral o tópica según las condiciones genéticas de la persona.
El instituto Médico Dermatológico aplica el trichotest para la detección temprana de la alopecia. Se puede pedir una cita a través del siguiente vínculo: cita.

La percepción del paciente es importante en el tratamiento contra la alopecia

hombre preocupado por su pelo se mira al espejo
A pesar de que 9 de cada 10 hombres mayores de 21 años sufren de alopecia androgenética, el porcentaje de afectados que busca tratarla es extremadamente bajo. Un reciente estudio transversal con muestreo probabilístico, realizado en Corea, demostró que la percepción que el paciente tiene de la enfermedad influye directamente en el inicio y desarrollo del tratamiento.
El estudio se llevó a cabo en 503 pacientes, 329 hombres y 174 mujeres, a los que se les aplicó una encuesta para recopilar datos demográficos, antecedentes familiares y de disposición a realizar tratamientos. Luego, a la mitad del grupo (247 individuos) se le dio información detallada sobre la enfermedad, y a la otra mitad (262 individuos) no. Finalmente, se comparó la disposición al tratamiento entre el grupo informado y el que no.

Invisibilidad

mujer se seca el pelo invisible
A lo largo del proceso se constató que la idea de pérdida de cabello no era igual para todos los sujetos. Muchos de los individuos no consideraban que estuvieran padeciendo una enfermedad, sino deterioros típicos de la edad. Varios ni siquiera habían notado pérdida de cabello hasta que fueron diagnosticados. Dado que no veían un problema, no tenían ninguna inclinación a buscar una solución.
Además, la percepción del propio estado no siempre correspondía con la realidad. Aquellos que tenían alopecias más avanzadas no necesariamente eran los sujetos con mayor conciencia de su problema, ni con más interés en obtener tratamiento.

Malas decisiones

Los pacientes con menos información acerca de la alopecia también tienen una mayor tendencia a buscar tratamientos no médicos para su problema. Estos, al no estar específicamente recomendados para su condición, suelen obtener resultados nulos o escasos. Su costo, sin embargo, es igual o más alto que el de los tratamientos médicos. La insatisfacción por el tratamiento aunada a su impacto económico influyen en que los pacientes abandonen la voluntad de combatir la alopecia.

La información es poder

El estudio concluye que la educación de la población general es fundamental para mejorar las estadísticas de tratamiento y éxito de la alopecia androgenética. Estos datos, además, deben tomarse en cuenta a la hora de diagnosticar a un paciente, pues un paciente informado será más propenso a elegir llevar a cabo un tratamiento médico y a mantenerlo en el tiempo.
En las clínicas de IMD, los especialistas brindan atención personalizada a cada paciente, informándole sobre su condición, sus posibilidades de tratamiento y los resultados que debe esperar. ¡La primera cita es gratuita!

¿Por qué España es el segundo país del mundo con más alopecia?

Estar en el podio no siempre es positivo; este es uno de esos casos. Los estudios estadísticos más recientes sobre calvicie masculina a nivel mundial entregan la medalla de plata a España. Nuestro país se ha hecho con el puesto gracias a que el 42,6% de su población sufre de alopecia. El oro se lo ha adjudicado, por un pelo (nunca mejor dicho), la República Checa, con un 42,79%; mientras que el bronce se lo lleva Alemania, con un 41,24%.

Al otro extremo del ranking, y del mundo, se encuentra Asia, específicamente China, con 19,24%. Una diferencia sustancial. La reacción natural es preguntarse “Pero ¿por qué aparece la alopecia androgénica?”. ¿Por qué casi la mitad de nuestra población sufre de alopecia y, sobre todo, qué podemos hacer al respecto? He aquí la respuesta.

Genes

Es cierto que hay un componente genético importante que nos presdispone a la alopecia androgenética. Y, así como a nosotros nos perjudica, a los asiáticos les favorece. ¡Pero esto no es una condena! En primer lugar, porque sufrir de alopecia androgenética no implica necesariamente quedarse calvo; en segundo lugar, porque hay otros factores que influyen en el éxito que estos genes pueden tener sobre nuestra cabellera. Si bien no podemos controlar los genes −aún…−, sí hay otras cosas sobre las que tenemos influencia.

Alimentación

¡Aquí está la clave! La razón de más peso por la que España se encuentra en segundo lugar no está en nuestro ADN, sino en nuestra mesa. Lo cierto es que nuestros hábitos alimenticios son poco favorables para la salud capilar. Y cada día empeoran, porque se consumen siempre más alimentos procesados (ricos en azúcares, grasas saturadas, etc.).

En contraste, la alimentación asiática está basada prevalentemente en vegetales verdes y ya estudiamos que la dieta vegetariana no afecta a la caída del cabello, por lo que se trata de ingredientes muy adecuados si queremos cuidar el estado de nuestro pelo. También, el consumo de grasas y azúcar es bajísimo, especialmente en contraste con los niveles españoles. Por último, los lácteos son productos de reciente introducción y casi inexistentes en la dieta.

¿Y ahora?

Aunque hay muchos otros factores que intervienen en la aparición y desarrollo de las diferentes alopecias, los dos elementos principales de evaluación que nos ponen en el extremo incorrecto de la clasificación son estos. Si bien es difícil revertir esta tendencia a nivel nacional, podemos dar pequeños pasos a título personal.

Si tienes predisposición genética para la alopecia, pero aún no la sufres, nunca es demasiado pronto para comenzar la prevención. Recuerda que la alopecia androgenética suele presentarse a partir de los 25 años de edad, tanto en hombres como en mujeres −aunque estas tengan una incidencia menor−.

Si ya sufres de alopecia de cualquier tipo, ¡corre! La mayor parte de los daños irreversibles se produce por haber iniciado el tratamiento demasiado tarde. No hay alopecia que no pueda prevenirse, tratarse y recuperarse de algún modo.

¡Revirtamos las cifras! Nuestros especialistas estarán encantados de ayudarte.

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La crisis de mediana edad y el cabello

“En el medio del camino de nuestra vida”, como diría Dante, es común que nos replanteemos muchos asuntos que parecían claros, y decidamos cambiar lo que somos y la manera en la que nos relacionamos con el mundo.
Diversos estudios indican que aproximadamente el 15% de las personas de entre 35 y 52 años atraviesan la conocida crisis de la mediana edad; de ellas, el 80% son hombres.
Al cabello le pasa algo similar, pues, llegada esta edad, comienza a cambiar y transformarse.

La pigmentación

Entre los cambios más evidentes que observamos en el cabello llegada la mediana edad, se encuentra la disminución en la producción de melanina, el pigmento que da color a nuestra piel y cabello. A partir de los 30 años, el folículo empieza a generar cada vez menos de esta sustancia e inician a aparecer las canas. El pelo blanco nace primero en la cabeza, y más tardíamente en el vello corporal. Aquí también influye la genética: en las personas de raza blanca, las canas aparecen antes.

El volumen

Con la edad, el grosor de los nuevos cabellos también va cambiando. El pelo se va tornando más fino, la velocidad de crecimiento disminuye y muchos folículos pilosos pueden dejan de producir nuevos cabellos.
La combinación de todos estos factores repercutirá en una disminución del volumen de la cabellera, así que se reduciría el número de pelos en el cabello.

La alopecia

La alopecia androgénica es la causa más común de pérdida de cabello entre los hombres, aunque hay que tener presente que también se dan casos de alopecia androgénica en mujeres, alrededeor de un 40% según las estadísticas.
A pesar de que es una condición que está, literalmente, escrita en el ADN de quienes la padecen, no significa que sea una condena a la calvicie. Existe un gran número de métodos a través de los cuales se puede prevenir y contrarrestar la alopecia.
La aparición de los primeros síntomas de alopecia androgenética suele desencadenar mecanismos psicológicos relacionados con la crisis de la mediana edad.
Estés o no atravesando una crisis de mediana edad, si tu cabello está pasando por ella, échale una mano para que salga airoso y disfrute contigo de esta nueva etapa de la vida. Después de todo, según Víctor Hugo, “los 40 son la edad madura de la juventud. Los 50 suponen la juventud de la edad madura”.
Solicita una cita gratis para que uno de nuestros especialistas pueda evaluar tu caso.

Cambios en el pelo durante la menopausia

Nunca hablaremos lo suficiente de la importancia que tienen las hormonas en nuestra vida. Condicionan no sólo lo que ocurre en nuestro organismo, sino también nuestro aspecto y hasta cómo nos relacionamos con el exterior, pues cómo se encuentren nuestras hormonas influye en nuestro humor y ganas de hacer cosas.

Tras la adolescencia, lo habitual es que nuestras hormonas se equilibren y pasemos así la mayor parte de nuestra vida. Hasta que llega la menopausia, cuando vuelven a sufrir otro cambio importante. El cambio es tan decisivo que hasta nuestro cabello lo nota.

La menopausia y los cambios en el pelo

Con la menopausia, el equilibrio hormonal que nos había acompañado en las últimas décadas sufre un cambio radical. Los estrógenos, que son las hormonas femeninas más representativas, son sustituidas por hormonas masculinas. Así es: llegan la testosterona, la androtestosterona y la dihidrotestosterona. El resultado de todo esto es que el cabello, que siempre había preferido las hormonas femeninas a las masculinas, y muy especialmente, odiado a la dihidrotestosterona, pues es la causante de la alopecia androgenética, se ve muy afectado.

En torno al 40% de las mujeres sufren algún episodio de alopecia androgenética a partir de la menopausia. Aunque esta cifra es relativamente alta, parece mucho más de lo que es. Para empezar, la alopecia androgénica femenina se parece a la masculina sólo en la causa (y en las dos primeras palabras de su nombre).

Al igual que la versión masculina, lo que provoca la caída del cabello es el aumento del número de hormonas dihidrotestosterona, DHT, que bloquean los folículos pilosos y les impiden producir nuevo cabello. El resultado: si el cabello no crece, no sustituye el cabello perdido. Salvo que seas mujer.
En el caso de la mujer, la alopecia androgénica no llega a los niveles de caída de los hombres. Sí se pierde volumen capilar, con una cantidad de pelos menor de lo habitual, y además el cabello se vuelve más fino, con lo que se hace visible que algo pasa, pero no se produce una caída tan visible como en el caso de los varones.

Puede haber alopecia, pero no necesariamente

Así es. Ese 40% de mujeres que sufren alopecia femenina es un porcentaje importante, pero está lejos del 100%. Sin embargo, sí es posible que la menopausia traiga problemas al cabello que no son necesariamente su caída. Hablamos de cabellos finos, endebles, sin brillo. Además del cambio hormonal, la menopausia también afecta a la distribución de los recursos y a cómo el organismo decide qué es importante y qué no lo es. Y, como bien sabemos ya, nuestro cuerpo no considera importante cómo luce nuestro cabello.

Ante cualquier señal de alarma, nuestro organismo empezará a desviar recursos para solucionar ese problema, quitándoselos a funciones menos importantes, como el cabello.

Y la menopausia no es un problema, claro, pero sí un estado tan influyente que cambia las prioridades de nuestro organismo. Esto significa que nuestra dieta saludable, que mantenía sano nuestro cabello, ya no será suficiente para tenerlo así, pues parte de los recursos que obteníamos de la buena alimentación, y que nuestro organismo mandaba a los folículos pilosos, los desviará en busca de funciones más importantes.

¿Cómo se puede solucionar esto? Reforzando la alimentación con las vitaminas y minerales que nuestro cabello requiere. Hay alimentos recomendados para cuidar del cabello, así como algunas vitaminas que fortalecen el pelo, así que podemos tenerlo en cuenta para mejorar nuestra alimentación y así ayudar a mantener una buena salud capilar. Añade más verduras a tu dieta, especialmente las verdes (ricas en vitamina B, la clave de la regeneración capilar), zanahorias (el complemento vitamínico que crece en la huerta, ricas en vitaminas A, B, C y E, y en manganeso, magnesio, fósforo, potasio, sodio, zinc, calcio y hierro) y ajos (muy ricos en minerales y vitaminas B y C). Y come mucha carne y pescado. Y no te olvides del agua.

Así que ya sabes, puede que las hormonas cambien y el organismo empiece a alimentar peor a los folículos pilosos, pero esto se puede revertir –al menos la parte de la alimentación– poniendo más atención a la dieta y reforzando los alimentos que sí funcionan.

Causas habituales de la alopecia masculina

Porque estadísticamente es más fácil perder pelo que retenerlo: 9 de cada 10 hombres mayores de 21 años sufrirán caída de cabello a lo largo de su vida. Esta estadística tiene truco, para tranquilidad de los lectores del blog: por caída de pelo se entienden tanto las coronillas despobladas como las entradas, que pueden evolucionar hacia calvicies o quedarse simplemente como limitadas zonas despobladas.

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Diferencias en alopecia entre hombres y mujeres

La alopecia golpea de forma diferente a los hombres y a las mujeres. A los hombres los golpea más a menudo y de forma más visible: 9 de cada 10 hombres mayores de 21 años sufrirán algún síntoma leve de alopecia (especialmente las entradas, que pueden aparecer y no desarrollarse durante décadas), pero hasta el 50% de los hombres a partir de los 40 mostrará, como mínimo, una coronilla despoblada. Que de ahí se extienda al resto de la cabeza o no depende de la genética o del reparto hormonal. Los porcentajes de riesgo de aparición de la alopecia androgénica en hombres no son cifras menores: de cada 2 hombres maduros que encuentres en la calle, 1 de ellos será alopécico. (más…)

Impacto psicológico de la alopecia

No importa si los datos son de un informe de una marca de cosméticos o de un estudio universitario: a todo el mundo, sea mujer, hombre, adolescente o de edad avanzada, le preocupa su cabello. A ellas más, pero también a ellos. Sobre todo en las relaciones sociales, pero también en las laborales. El cabello influye de forma muy notable en la percepción de uno mismo y, por tanto, en la proyección hacia los demás. (más…)

La Escala Ludwig de alopecia androgenética femenina

Al igual que la Escala Norwood mide el avance de la alopecia androgénica en hombres, la Escala Ludwig clasifica la alopecia androgénica femenina para la variante que afecta a mujeres.
Este tipo de alopecia, que es menos común que la masculina, se manifiesta en el cuero cabelludo de la mujer de un modo más localizado que la versión masculina, pues sólo se centra en la parte superior de la cabeza. En nuestra sección sobre por qué aparece la alopecia androgénica encontrarás más información sobre sus causas.
Comienza con la pérdida de densidad del cabello en la zona central, síntoma que puede observarse fácilmente si la mujer lleva la raya en medio, y desde ahí se va extendiendo hacia los lados. El avance se produce en la mayoría de los casos una vez alcanzada la menopausia. Cabe recordar que una mujer tenga la raya del cabello más visible que otra no quiere decir necesariamente que esté afectada por la alopecia androgénica.
La caída del pelo no violenta y el efecto de zona despoblada se debe sobre todo al crecimiento de pelo ligero, ralo y con un color más claro. En muy raras ocasiones esta alopecia desemboca en calvicie, pero sus estadios avanzados son poco estéticos y ocasionan problemas de autoestima e imagen en las pacientes.
Para visualizar mejor cada fase de la escala de la alopecia hemos preparado esta infografía:
Escala Ludwig que clasifica la alopecia femenina
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